Cartas a la prensa – Economía – 2006

20060125. Correos apartados.

                    ¡Felicidades! ¡Todo un récord! Sin invertir un céntimo en renovarlos, y dando aún menos servicios que antes (como la unititularidad obligatoria actual) los Apartados de Correos han subido su alquiler desde los noventa, hasta costar veintitantas veces más, abuso posible gracias al problema que supondría para sus usuarios el tener que cambiar de dirección si los dejan, y el semimonopolio del que aún disfruta Correos, y que explota a (poca) conciencia. 

20060210. Piden llamar leal.

“-Es tu madre –dice el marido dándole el teléfono a su esposa-; nos llama para felicitarnos las Pascuas… a cobro revertido”. Una empresa de mensajería intenta –ojo, no piquen ustedes- superar a esa suegra legendaria. En efecto: deja en mi buzón los cupones de suscripción a un periódico; pero, además, para controlar a sus agentes, en vez de llamarme para confirmar la recepción, me pide que sea yo el que les llame, a mi costa; más aún, estando ellos y yo en el área metropolitana de Madrid, me dan como única opción para llamar un prefijo 902, lo que me va a costar más que llamar a un 91. Por pedir, que no quede; pero “contra el vicio de pedir, hay la virtud de no dar”; máxime a gente tan… aprovechada.

20060507. Promesas y acciones constructivas.

                          Por fin se ha caído del burro el inquilino de la Moncloa. Acaba de anunciar que ha llegado el momento de atender a los jóvenes que tienen que alquilar o comprar una vivienda. A ver qué hace, pronto y bien, para recuperar tanto tiempo perdido. Porque esa tan tardía y vaga promesa se parece mucho a las que suelen hacer tantos políticos las vísperas de las protestas contra ellos, para desactivarlas. Lo dice, en efecto, “casualmente” justo una semana antes de la más publicitada protesta contra la carestía de la vivienda, con sentadas el próximo domingo 14 en el centro de las grandes ciudades.

                          Si yo necesitara vivienda, para urgirle que cumpla sus promesas, o que las haga más concretas y sinceras, no sólo insistiría en mis protestas, sino que tomaría medidas directas contra el problema, empezando por la más obvia y eficaz en una economía de mercado: abstenerme, aunque me cueste, de comprar hasta que bajen los tan abusivos e inestables precios de ese producto, según predicen tantos analistas económicos que tiene que ocurrir en mayor o menor grado, según sepan actuar en defensa de sus intereses los consumidores.

20060603. Plutocracia de banqueros.
                               Fue un periódico extranjero, el Financial Times, el que destacó la inmoralidad de que los tres principales ejecutivos del BBVA recibirían 1222.6 millones de euros de compensación si cesaban, aunque esto fuera por incumplimiento grave de sus funciones. En España hubo “un silencio sepulcral” en gran parte de la prensa, como se quejaba el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe.
                               La publicación de esta protesta sería una muestra de que su periódico antepone los intereses de los ciudadanos a los manejos de una poderosa empresa. La banca encarna la plutocracia en nuestra aún tan débil democracia. No podemos, pues, ser demasiado optimistas ante el nuevo Código Unificado recién aprobado que, de ser llevado a la práctica, nos acercaría algo a la democracia económica a la que a este respecto ya nos han precedido otros países de nuestro entorno.

20060802. Oveja muerta.
                         El ex presidente Aznar y el representante del sindicato CCOO se intercambiaron piropos en el acto de la firma del acuerdo que limita aún más los derechos de los trabajadores. “Reunión de pastores, oveja muerta”.

20060821. Agosto agosta.

                    Las recientes tormentas y fuerte descenso de las temperaturas a mediados de agosto nos han hecho vivir un año más lo evidente: que el mes ideal para viajar y disfrutar de las vacaciones, con un tiempo más estable y los días más largos, es, sin duda, el de julio (para no hablar de junio). En julio es también más fácil el transporte, el alojamiento y los servicios en casi todas partes, al deber competir menos con el masivo turismo extranjero de agosto.

                       Difícilmente se podría encontrar, pues, una medida más beneficiosa para nuestro disfrute vacacional y nuestro bolsillo personal, y para mejorar los ingresos de nuestra primera industria, el turismo, que tomar nuestras vacaciones antes de agosto. Los particulares y las familias son cada vez más conscientes de ello, pero el cambio de fechas no podrá ser masivo sino cuando las instituciones públicas dejen de aferrarse a esa ya disfuncional tradición de concentrar las vacaciones de sus servicios en agosto. Esperemos, pues, que un partido político atento a las conveniencias de los ciudadanos proponga pronto en su programa electoral una medida tan beneficiosa para todos, en todos sentidos.

20060904. Banco Cero.

                                Un conocido banco nos ofrece el medio (0,5) por ciento de una cantidad. Pero como eso le puede parecer (y es) poquita cosa, emplea letras muy grandes para ofrecernos el 0,50. O sus responsables son un cero a la izquierda en matemáticas, o pretenden captar a los que no saben hacer cuentas. Calcúlese que es peor, profesional o moralmente.

20061202. Estafa récord.

                          Nuestro problema de coste de la vivienda es el mayor de toda Europa debido a una “especulación desenfrenada” y a un nivel de corrupción “extremo”; entre un cuarto y un quinto de la población ya no puede ni acceder a ella, a pesar de haber más de una vivienda por cada dos personas. Tras meses de preparación y posteriores contactos directos, el inspector de la ONU ha llegado a estas conclusiones tan alarmantes como ya aquí evidentes… para todos los que no tengan intereses creados, que son demasiados.

                          En efecto: cada día se destapan más escándalos de corrupción de cargos políticos de distintos partidos. En cuanto a la especulación, a la que se destina más de un tercio de las viviendas que se compran, baste citar que en el reciente Congreso y Punto de Encuentro en Barcelona de inmobiliarias y afines, su director, Lacalle, tuvo el valor de afirmar que el sector inmobiliario en España era “un ejemplo extraordinario a seguir”, y que la corrupción era sólo puntual, en el sur, siendo él mismo ex candidato a alcalde de Barcelona. 

                          Por supuesto, hay aún más culpables. Cada país acaba teniendo el Gobierno que se merece, aunque sea muy duro decir eso con el actual Ministerio de la Vivienda, creado por el PSOE, como se ve, para no hacer nada, y con la ley del suelo aprobada por el PP. También demasiados ciudadanos han contribuido a especular y esquilmar a los demás, o se han callado creyendo que su piso “revalorizado” les había convertido ya en millonarios. Para no ser engañados y despojados, los ciudadanos tienen que vigilar y mojarse más, como demuestra, entre otros, el hecho de que las manifestaciones contra esa máxima estafa de nuestra historia, -a las que alude como “naturales” ese relator de la ONU-, hayan sido tan tardías y todavía no son tan numerosas y fuertes como para forzar a rectificar y restaurar un equilibrio mínimamente justo y sostenible.

20061208. Fiebre consumista.
                        Estadísticas económicas recientes muestran que España, desde que ha entrado en la Unión Europea, ha recibido en ayudas el equivalente a tres Planes Marshall, es decir, más que ningún otro país del mundo. Como nuevos ricos, y encima por “herencia”, por ser parientes europeos, somos más propensos que nadie al derroche consumista, mostrando también otros datos que gastamos más en estas fiestas de fin de año que los países más ricos de la UE. Salvo honrosas excepciones, nos dejamos llevar dócilmente por desaforadas campañas propagandísticas en favor del consumo, algunos de cuyos anuncios son de nivel intelectual bochornoso.

                        A la incitación directa a contraer esa epidemia de fiebre consumista hay que añadir los mil trucos de propaganda indirecta y subliminar. Así, mientras todos los técnicos y autoridades nos repiten que, aunque nosotros podamos “España no puede” gastar tanto en energía, y que debemos apagar hasta la penúltima bombilla de nuestra casa, se multiplica desde muchas semanas antes la iluminación pública en estas fiestas: por ejemplo, en Madrid, donde este año hay un treinta por ciento más de luces “navideñas” (¡!) que el año pasado. Porque está comprobado que, así como las vacas a las que se estimula y roba el sueño poniendo bombillas en su pesebre dan más leche, y las gallinas desveladas ponen más huevos, también nosotros compramos más si se nos estimula con una mayor iluminación.

                        La espiral de más consumo, más necesidad de trabajar, más dependencia del sistema y falta de libertad y de un ritmo de vida equilibrado nos está llevando a los extremos insanos, física y moralmente dolorosos que todos los que no están completamente abotargados por esa fiebre consumista pueden ya constatar.

20061229. Un mal discípulo.

          Una cosa es la libertad de expresión, y otra presenta, por error o manipulación, cifras falsas para sustentar una opción ideológica. Como profesional de la demografía debo denunciar la falsa afirmación de que, si todos los catalanes nos comportáramos como los no creyentes, “Catalunya se despoblaría en una generación”, como leo en una carta a EL PERIÓDICO. Eso no es sólo una barbaridad sin paliativos en términos puramente matemáticos, sino que, además de disminuir mucho la población, los grupos que ahora tienen menos hijos tendrían más, como prueba la historia demográfica. Por otra parte, en un mundo superpoblado, es mucho más beneficioso para la humanidad adoptar niños ya existentes que traer otros al mundo, como están pensando con mucho seny tantas familias catalanas.

             “Dios o tiene necesidad de nuestras mentiras” diría como creyente al señor Pablo Ginés, que, por su fuera poco, nos obsequia con otra parecida “perla”, al afirmar que así “las pensiones de los que no creen en Dios las pagarán los hijos de los católicos”. Señor mío: los jubilados han aportado durante toda su vida un fondo a la Seguridad Social y a la sociedad muy superior al de las pensiones que después van a recibir, sean o no creyentes. No dependerán, pues, sino por discutibles sistemas económicos impuestos, de las “limosnas” de sus hijos. Este señor tiene, pues, una manera muy peculiar de pensar para presumir ser discípulo de Quien que dijo que se reconocería a sus seguidores por su comprensión y amor al prójimo. ¡Jesús!