Cartas a la prensa – Ecología – 2010

20100728. Triunfó la humanidad.

                                     Triunfó la humanidad al prohibirse las corridas de toros en Cataluña, no un supuesto antiespañolismo, como -con la pataleta de mal perdedor- se empeñan todavía en afirmar algunos taurinos, “ignorando” que casi tres de cada cuatro españoles, y cada día más, estamos ya contra las corridas de toros, y que ya las prohibió Canarias.

                                     Su falta de argumentos sólidos les ha llevado a amenazar con los 53 euros que perdería cada catalán al prohibirse las corridas, “ignorando” que todos los españoles perdemos mucho más ahora con las ayudas directas e indirectas a la tauromaquia, sin la que ésta ya habría desaparecido; y lo mucho más que perdemos, incluso en términos económicos, por el desprestigio que supone para la marca “España” el que se tolere aún, e incluso se subvencione, esa barbarie.

                                     El más miserable de sus argumentos es, quizás, el de reclamar libertad para maltratar a los animales, lo que se parece demasiado a la libertad que hasta ayer reclamaban para maltratar a sus esposas y a sus hijos; “libertad, libertad: ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.

                                       Hoy en un gran día en la lucha por la civilización y la convivencia con la naturaleza e incluso entre nosotros mismos, porque, como han demostrado ya muchos estudios, el que es cruel con animales se va inclinando a serlo también con los seres humanos.

20100802. Falsa libertad.

                           Por defender su libertad de tener esclavos el Sur no dudó en provocar la secesión y la guerra civil estadounidense. Por defender su derecho a dominar y castigar a sus mujeres, no pocos pueblos se consideran hoy superiores a los del Norte. Dos tercios de españoles –ayer, sólo una pequeña minoría- se oponen ya a las corridas de toros, pero la mayoría todavía defiende o tolera que otros puedan torturar a esos animales por placer, aun cuando ya se ha aprobado una ley contra el maltrato animal en general.

                           Obvia contradicción, normal en momentos de rápido cambio social, esa aún favorable opinión a tan particular y tan detestable manera de maltratar animales, a esa falsa libertad, que no tardará tampoco en evolucionar hacia posiciones más coherentes y humanitarias.