Cartas a la prensa – Ecología – 2005

20050525. Reyes y toreo, caducos.
                           Una mayoría real, comprobada por las encuestas, y cada día mayor y más enérgicamente, nos oponemos esa institución arcaica y sangrienta que tortura y mata a inocentes animales por sádico placer, “por amor al arte”, un permanente y bárbaro “Guantánamo animal”. De ahí que los republicanos estén encantados de la tenacidad, digna de mejor causa, con la que algunos miembros de la Casa real siguen patrocinando, incluso con su presencia, tan bochornoso espectáculo. Porque en su esfuerzo por modernizar al España, así van consiguiendo mejor el “dos por el precio de uno”, como comprueban también las encuestas, en las que una mayoría de españoles afirman ya que la monarquía es una institución propia del pasado, opinión que, en una democracia, es lógico que se concrete de forma legal en un plazo razonable.

20050525. Toros de vergüenza.

                                               “¡De vergüenza!”, “¡de vergüenza!”, gritan una y otra vez los críticos y público de las diferentes corridas de toros de San Isidro. Estamos plenamente de acuerdo con ellos la mayoría de los españoles, ya avergonzados de esa sádica “fiesta”, y esperamos que de esa desilusión coyuntural y superficial pasen a hacer una crítica seria y a fondo de ese espectáculo siempre tan triste y bochornoso para nuestro país, del que son especialmente responsables los que de uno u otro modo contribuyen todavía a mantenerlo.

20050830. El negocio taurino, a juicio.


                       El representante del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes se lava las manos, como Pilatos, ante la masiva tragedia provocada por su encierro; más aún, quiere aparecer como el bueno de la película, que respeta la libertad de los ciudadanos. Hipocresía tan vergonzosa, interesada y funesta como en su campo era hasta ayer –y en parte aún sigue aquí- la de otras autoridades ante el tabaco.

                       Los que combatimos esa lacra no pretendemos prohibir los encierros, como dicen estos fariseos de ese nuevo “Club por la Tolerancia”, sino sólo la propaganda y negocio –no sólo económico- en favor de esa sangrienta e incluso mortal costumbre. Porque así como cuando se elimina el patrocinio del Estado sobre el tabaco, y se prohíbe su propaganda comercial, desciende en picado el número de drogodependientes de ese mortal veneno, pues nadie nace fumador, así, cuando no hay apoyo de ningún tipo a esa actividad insensata y cruel costumbre, su práctica disminuye radicalmente.

                       Basta, pues, ya de hipocresías, tanto de autoridades como de algunos medios de comunicación, que sacan tajada de ese morboso sensacionalismo, para después “lamentar” su trágico resultado, calificándolo de “dantesco” o “infernal”, según hemos leído ahora en cierta prensa madrileña ante las docenas de víctimas de ese, por ellos mismos, tan publicitado y, por tanto, estimulado desatino. Lo realmente diabólico es el alimentarse, como Saturno, mutilando y devorando incluso a sus propios hijos, y encima llorar con lágrimas de cocodrilo y denunciar la irresponsabilidad e insensibilidad… de sus propias seducidas víctimas.

                      La solución nunca podrá venir de intentar conmover las entrañas de quienes sacan tanto provecho personal de ese sistema caníbal. Como en el caso de los tabacaleros, sólo podremos terminar con esa matanza usando todos los resortes del Estado de derecho, incluido, como con las tabacaleras, el recurso a la Justicia por sus propias víctimas aún sobrevivientes, o sus deudos, con denuncias y justas indemnizaciones que consigan hacer “peligroso”, impopular y poco rentable para sus fautores tan infame negocio.

20050923. Estado de necesidad.

                          No hay mal que por bien no venga… si se sabe aprovechar. Los malos vientos huracanados que han azotado los Estados Unidos parece que están abriendo los ojos hasta a los más recalcitrantes “liberales”, frenando su “cruzada” por eliminar hasta lo imposible todas las funciones del Estado… menos las de la guerra.

                           La “mano invisible de la Providencia” que milagrosamente hace coincidir el interés privado con el bien común ha dado ya demasiadas bofetadas, y no sólo a los más pobres y de piel oscura. Y la contaminación física del medio ambiente a partir de ese país ha afectado ya gravemente, como sus guerras, al mundo entero. Lo que no consiguió Kyoto, lo puede conseguir Orleáns. En lugar de vivir al día, como la irresponsable cigarra, hay que prever el futuro como la hormiga, preparándose para el estado… de necesidad.

20051117. Iglesia amenazadora.

                               Causaría hasta risa el afirmar que la jerarquía católica defiende “los valores de la libertad, de la justicia y de la verdad”, y acusar al actual gobierno de “mostrar sin tapujos visos evidentes de totalitarismo”, después de lo que hemos tenido que sufrir los españoles de más edad, si no fuera un claro indicio de algo tan peligroso. Porque, disfrazado de civil, sin declarar su interés profesional económico en el tema, lo que hace en su carta a este diario el párroco Miguel Rivilla es amenazar al gobierno elegido por los españoles con dar “infinitamente más dolores de cabeza”, cuando todavía estamos quienes vivimos su última, por ahora, guerra incivil, su última Cruzada.

                            Es la Iglesia amenazadora de siempre, no la Iglesia amenazada, como tiene el impudor de escribir. Y todo porque la Iglesia, que recibe del Estado español más dinero que ninguna otra en Europa, no cumple con su compromiso de irse autofinanciando; más aún, llega hasta el extremo de apropiarse indebidamente y no devolver ni siquiera las cantidades millonarias adelantadas imprudentemente por el Gobierno en espera del porcentaje del IRPF de los católicos; éste mismo va disminuyendo, porque los mismos católicos no se fían cada vez menos de una Iglesia de Gescartera, de obispos como el de Castellón o canónigos como el de CajaSur; y el conjunto de los españoles, según revela las encuestas, denuncian a esa Iglesia como la institución en la que menos confianza tienen, dentro de una larga lista de ellas. Estos son los hechos, las cifras, los dineros que en vano intentan ocultar.

                            Sí: como demuestran sus actos, su dios es el dinero. Sus dirigentes viven en lujosos palacios mientras el Hijo del Hombre no tenía donde reclinar la cabeza; salen a la calle a defender sus privilegios rituales y de enseñanza, no a apoyar a los ocho millones de españoles o a los que la miseria está trayendo, o dejando muertos, en nuestras costas, ni a los que no pueden encontrar vivienda, o son injustamente tratados en su trabajo, o ni siquiera lo encuentran. Son los fariseos de siempre, que tras apoderarse de la representación de Dios y de su Templo, se han apoderado también de la figura de Jesús y de todo ese montaje “viven como curas”, ateos prácticos, porque no pueden concebir una vida mejor que la que llevan, explotando su simoniaco negocio, deformando hasta la caricatura la doctrina del Evangelio.

20051225. Envenenando al marido.
                         No todo van a ser malas noticias. Acabo de presenciar una anécdota tan significativa como esperanzadora para nuestra vida, en el sentido más literal de la palabra. Un matrimonio de unos cuarenta años pasaba por la calle, y se cruzaron con un joven en el momento en que ella le ofrecía a él un cigarrillo encendido. El joven le dijo con ironía: – “¿Con que envenenando al marido ¿eh?”. Hace diez años, no habrían entendido siquiera de lo que estaba hablando; o se habrían enfrentado, muy enfados, a él. Ahora pusieron una sonrisa de culpabilidad y aceleraron el paso.

                          La juventud es ya muy consciente de los daños de la droga, de los perjuicios que le causan los fumadores en todos los lugares públicos, y del pésimo ejemplo que constituye su consumo; máxime para los niños, que son ya casi los únicos a los que atrapa todavía la engañosa y letal propaganda de las tabacaleras.