Cartas a la prensa – Derechos Humanos – 2021

20210113 Condena ejemplar al violento.

        Gracias a la cooperación ciudadana, que dio a conocer, incluso con fotografía, al culpable, éste se ha tenido que entregar a la policía. Un alivio para toda la ciudadanía, no sólo para una aislada, joven mujer extranjera, su víctima inicial. Porque al rechazar su actitud otros viajeros del Metro -como quien le tomó su foto identificatoria- les amenazó con agredirlos físicamente. 

        Los que ejecutan actos racistas, está comprobado, son individuos peligrosos para los demás, sin distinción de color, a los que conviene frenar en beneficio de todos con condenas ejemplares, aunque se entreguen, como ese incivilizado se ha visto obligado a hacer para intentar evitar, tan identificado, que su inevitable detención agrave aún más su condena.

20210421. Hambrientos politizados.

                    En un dibujo de Perich se ve a un rico gritando a un mendigo: “¡QUE TIENE HAMBRE… QUE TIENE HAMBRE! ¿ES QUE HAN DE POLITIZARLO TODO?”. Ahora es Ayuso la que grita indignada contra los politizados “mantenidos subvencionados” de “las colas del hambre” que, auxiliados por vecinos y clero, en vano se han manifestado hace poco en Madrid para pedir ayuda ante las autoridades del PP.

20210816. Amnistía Internacional, desnortada.

               Si, a pesar de enormes presiones, hay un consenso fuerte entre los defensores serios de los derechos humanos, es en condenar a Israel por su trato a los palestinos, aunque estos, ni nadie, sean perfectos. Sin embargo, AI ha intentado lo imposible: disculpar los bombardeos de Gaza, como analiza, junto con otras desviaciones de la asociación, Norman G. Finkelstein.

                En España, en marzo de 2008, AI, como es lógico, aplaudió el que Garzón admitiera las denuncias por desapariciones forzadas durante el franquismo. Pero pocos días después llegó “casualmente” una destacada personalidad de AI a cobrar un premio de 50.000€ mientras proclamaba, contra Garzón, que era demasiado tarde para juzgar al franquismo, sin que AI España reaccionara a las muchas protestas por ello de sus miembros.

                Más y peor aún. En 2014 AI España declaró que no había razones válidas para apoyar a los independentistas catalanes. Pero poco después, dividida AI España y AI Cataluña, ha adoptado fuertemente la opinión contraria. Incluso en 2021 ha apoyado con ellos nada menos que al rapero Hasél, que pedía a ETA que asesinara, nombrándolo, a un político, porque, dice AI, eso es “libertad de expresión”.

               ¿A qué seguir? A los dirigentes, decía B. Shaw, como a los pañales de los niños, hay que cambiarlos con frecuencia, y por las mismas razones. El director de AI España lleva veinticinco (25) años en el cargo. Antes fracasó al fundar AI en varios países americanos, pero pasó unos años en la central inglesa, donde trabó fuertes amistades con líderes AI, cuyo currículo sorprendería a muchos. Él mismo, de apellido catalán, cosa poco importante y menos sabida, es mejicano. “La corrupción de lo mejor es lo peor”. Mucho tiene que cambiar AI para responder a los fines por los que trabajan la inmensa mayoría de sus socios.

20040124.  Planificado terrorismo informativo sobre los inmigrantes.

                            “El problema de los emigrantes es muy sencillo; eso lo arreglaba yo en un momento”, se oye a cada paso en los bares, antiguas tabernas. Fruto de una brutal ignorancia y egoísmo, la primera parte de esa expresión no deja de ser verdad en un contexto muy distinto. Hoy los sociólogos conocemos con aceptable precisión los síntomas y causas de muchos problemas sociales; en especial, de los demográficos y, en concreto, de los migratorios. Lo que ocurre es que los profesionales encargados de la segunda parte, de efectuar las reparaciones detectadas por los sociólogos, arrastrados por múltiples intereses, demasiadas veces no sólo no ponen en práctica esas soluciones, sino que utilizan su poder para silenciarlas, e incluso utilizan esos conocimientos de los mecanismos sociales para agravarlos en provecho propio y de quienes, bajo cuerda, realmente mandan en la sociedad.

                               Hablemos claro, como nos permite a algunos sociólogos la edad y la independencia laboral. Es bien sabido, por la experiencia de muchos países, que toda migración masiva en poco tiempo de extranjeros para establecerse y trabajar (otra cosa son los turistas, por supuesto) es percibida por la población  local como una invasión que viene a perturbar su, hasta entonces, cómoda uniformidad de lengua, costumbres, ideologías, etcétera; y que una gran parte de la población, en sus estratos económicamente inferiores, siente que esa masa de inmigrantes disminuye sus ingresos, por competir directa o indirectamente con sus empleos. Pero, precisamente por eso, la clase dirigente organiza esa migración masiva y rápida: para explotar más económicamente a todos, y para gobernar con más facilidad a un pueblo dividido, necesitado de “orden” y “seguridad” ante los conflictos con los extranjeros. Opresión a la que contribuye el mismo pueblo cuando, convenientemente “orientado” por los medios de difusión en manos de los dirigentes, en vez de defenderse combatiendo las causas del exceso inmigratorio y unirse a los inmigrados en para revindicar sus comunes derechos, se deja llevar por el racismo y divide y debilita aún más a los de abajo, para beneficio de los dirigentes.