20071112. Ante la crisis migratoria.
La primera, la dominicana Lucrecia, fue asesinada por un policía; ahora, Carlos, por un soldado; en medio, muchos otros (baste recordar el “-¿Eres moro?” y dos disparos de un guardia civil en Madrid). No puede estar más claro que hace falta una adecuada depuración, y un curso intensivo de humanidad y convivencia en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, de las Autonomías y de los Ayuntamientos, a más de otras dirigidas a la población en general. Sólo así podremos mitigar la crisis y adaptarnos todos mejor a la masiva inmigración, que dirigentes políticos y económicos sin escrúpulos han fomentado, en un tiempo record, para favorecer a sus intereses y perjudicar a los del resto de la población, incluidos los mismos inmigrantes.
20071108. Ciegos desgracia.
Cada cual debe llevar sus desgracias con dignidad. Tiene derecho a solicitar la solidaridad ajena, pero no a chantajear a los demás, en una perversa, aun inconsciente, venganza ciega. Me he trasladado hace poco a un segundo piso, frente al cual, grita a voz en cuello varias horas cada día, para vender más lotería, un invidente. En vano le he explicado que tengo a mi madre enferma crónica postrada en cama, y un bebé de pocos meses, a quienes esos decibelios dañan grave y continuadamente. Ante ese clamoroso atentado a la salud ajena ¿qué hacen las autoridades, que no ponen orden? Y ¿cómo pueden esperar desaprensivos así que reaccionemos los demás bien ante sus problemas cuando ellos hacen oídos sordos ante los nuestros?
20071025. Cañada del Valle.
¿Cómo se va hablar de racismo en el caso de los okupas de Barcelona, no siendo de otra raza? La articulista empieza siendo, o creyéndonos tontos.
Pero después empeora, poniéndose descaradamente en favor de quienes los marginaron y obligaron -gracias al mercado económico, claro- a irse ahí «por capricho» a los más pobres. Y termina con lo incalificable: decir que sólo se amotinaron una minoría -como si la mayoría pudiera, física o psicológicamente, hacerlo- y que tenían allí a sus hijos «dejándoles ese día sin escuela» ¿Qué quería Ely del valle, y de los terratenientes y de las inmobiliarias: facilitar que al volver los niños se encontraran sin casa?
20070829. Obsceno espectáculo.
Las imágenes son impactantes: montones de cuerpos tumbados en el suelo de las calles, por las que corre un líquido rojizo. Pero no es sangre, no, sino toneladas de tomates reventados: los muertos de verdad están a miles de kilómetros de ahí. Son los que pudieron haberse salvado del hambre con ese alimento así desperdiciado. La “tomatina” valenciana ha llegado a ser, si no por su coste económico directo, sí por su obsceno significado, una de las peores muestras del descontrolado consumismo, que aquí ayuda a morir a tantos, incluso también por esa otra nociva destrucción de alimentos que es el sobrepeso, y en África multiplica el número de los que mueren por desnutrición.
20070823. Parábola del tiburón.
Érase una sociedad que se conmovió mucho por los problemas de un pobre tiburoncito, lamentando –aunque secretamente aliviada- el que, a pesar de sus piadosos esfuerzos, este tiburoncito muriera, -por intervención del hombre, sí, pero sólo de modo indirecto y anónimo-, al haberse tragado un anzuelo. Preocupada por tan humanitarios sentimientos, olvida convenientemente los 350.000 tiburones que mata cada año, muchos más de los que dice necesita sacrificar para su alimentación. Más aún, esa sociedad se organiza y rechaza con fuerza a otros seres vivos –muy parecidos a sus propios ciudadanos, excepto en el color- que llegan, víctimas de graves carencias, a sus costas, devolviéndoles a las privaciones e incluso la muerte, lo que le permite gozar con exclusividad de unos recursos que, un poco mejor distribuidos, darían de sobra para todos. Quizá un psicoanalista podría explicarnos mejor la curiosa corriente de simpatía y la identificación colectiva de esa sociedad con el tiburón, esa otra especie, hoy ya calificada de “casi amenazada” más que “amenazadora”.
200705. Restaurar el orden de verdad.
Cuando unas autoridades no son capaces ni de mantener el orden, previniendo actos tan conocidos y evitables como los botellones en el centro de Madrid; y cuando su policía es tan poco profesional que no solo no sabe responder de modo proporcional,, sino que incluso arremete salvajemente contra personas que nada tienen que ver con los hechos, como está repetida y fehacientemente comprobado, no sólo fallan los fundamentos de la democracia, sino de toda humanidad y civilización, y debemos cambiar a fondo esas “fuerzas del orden” que siembran el caos, y esas autoridades que tan nefastamente ejercen su autoridad.
20070124. Racismo cartas.
Desde hace algún tiempo observo en la sección de cartas que hay algunas, de redacción muy parecida, que destilan un nacionalismo extremo, que roza y, a veces, supera ampliamente el límite del racismo. Así se constata en las tres (3) tan breves como similares cartas que hoy se escandalizan de que se acepte a inmigrantes como policías. Por el honor y buen nombre de mi –nuestra, de todos, plural, abierta- Cataluña prefiero pensar que hay un fanático “cartista” más bien que en que prolifera entre nosotros la peste destructora y autodestructiva del racismo.
20070115. Amenazas a los ecuatorianos.
Sigue en su cargo el locutor de la COPE que amenazó a los ecuatorianos para que no se manifestaran el 13 de enero, advirtiéndoles que su Autonomía estaba gobernada por el PP, partido que tampoco ha rechazado esa amenaza fascista pronunciada en su nombre por Losantos, apellido irónico, si hay uno. De este modo, además de con su vergonzosa ausencia de la manifestación, no sólo los obispos –cuyo presidente tuvo el valor hace poco de negar su responsabilidad respecto de la COPE- sino también los dirigentes actuales del PP han puesto al desnudo cual es su respeto real a las víctimas y a la democracia. Quien emplea métodos fascistas, es fascista; y quien lo consiente pudiendo oponerse, también. Obras son amores, que no buenas razones. Hay “liberales” que piden libertad… para una ideología que nos arrebataría la nuestra de llegar al poder.