Cartas a la prensa – Deportes – 2011

20110201. El Real Madrid, más que un club.

                                                       En España, el espectáculo del fútbol ha adquirido unas dimensiones tales que sus sombras influyen también en el campo político. Y el  Real Madrid es también, de nuevo,  y  más aún que el Barcelona (excepto, quizá, el de Laporta), “más que un club”, y sus sombras oscurecen nuestra convivencia, con pésimos ejemplos de prepotencia centralista., Resucita así los fantasmas del franquismo, apoyado por demasiados “fans” (sí, fanáticos) que, mal educados por la dictadura, encuentran normal sus prepotencias.

                                                          ¿Exageraciones? Veamos los hechos: El Real Madrid tiene como presidente a un Florentino Pérez que, tras ser uno de los principales creadores de la “burbuja del ladrillo” (y, por tanto, de nuestra agravada crisis económica),  no ha dudado en emplear el mismo sistema, e incluso predicarlo como “creación de ilusiones”,  ha fomentado la “burbuja futbolística” pagando cantidad exorbitadas: 300 millones en tiempos de crisis. Su entrenador, Mouriño, es tristemente conocido por su falta de modales, insultando e incluso calumniando a otros, diciendo que venden partidos; y el Club le avala, diciendo que le ha contratado para ganar partidos, “no para hacer amigos”. Y su jugador estrella,  famoso también por su mala educación, junto con su juego sucio y su falta de compañerismo, exalta el ganar a patadas partidos y dinero, más que los demás, como acaba de repetir en Pamplona, donde otro jugador le ha respondido oportunamente que gana menos dinero, pero tantos trofeos como ahora está  ganando ese (poco) Cristiano portugués.

20110302. El especialista Alonso.

                                Como la Fórmula 1, a la que bien representa, Alonso es un especialista en correr a todo gas, sin importarle ni la gran contaminación que provoca, ni el gasto en productos no renovables como el petróleo, ni el pésimo ejemplo que da a tanto insensato que se mata y mata a otros en nuestras carreteras por imitarle. Es lógico, pues, que haya salido gritando contra la pequeña limitación de la velocidad que –por la crisis, y como otros gobiernos- acaba de ponerse en España. Nada muestra mejor su propia falta de razón que la queda: el que los conductores conducirían así dormidos, como si en otros países donde rige esa limitación, sucediera eso, según se le ha respondido de inmediato a ese pretendido sabelotodo.

20110304. El Carnaval, domado.

                           El Carnaval capitalino ha reflejado con gran fidelidad la evolución de nuestro país. Resucitó tras la muerte del dictador como expresión democrática, desfilando por la Castellana hasta doscientas carrozas y charangas ante un inmenso público. Poco a poco, las autoridades fueron poniendo limitaciones a sus expresiones más libres y críticas, hasta conseguir reducirlo a la cuarta parte. Entonces trasladaron su recorrido a un rincón del barrio viejo, y favorecieron y premiaron la actuación de grupos asépticos, incluso de fuera de la Comunidad. Finalmente, prescindiendo hasta de sus comparsas paniaguados, lo redujeron a media docena de lujosas carrozas municipales, que exhibieron prepotentes por la calle de Alcalá. Testigo de ello es quien suscribe, participante en más de treinta desfiles con su crítica social, premiado primero por autoridades de distinto signo político, tolerado después, y forzosamente clandestino en estos últimos años. Este es el actual Carnaval, domado, y la vigente democracia, organizada: un mero y superficial “divertimento”.

20110305. Dos portugueses incendiarios.

                                 Cada vez más, y con mayor frecuencia, el entrenador Mouriño hace declaraciones incendiarias que –dada la actual fuerte conexión entre futbol y política- no sólo dañan al Real Madrid, sino también a la convivencia entre el conjunto de los españoles. E incluso intenta justificarse y darnos lecciones de moral, diciendo que es difícil ser sincero en un mundo de hipócritas. Como si la contención de las propias pasiones no fuera el fundamento de toda educación e incluso civilización, que él parece ignorar radicalmente, considerándose el único ser puro y perfecto, capaz de afirmar que “si la gente no me quiere, no es un problema”, suscitando su agresividad reacciones que llegan hasta el atentado personal.  Algo parecido ocurre con “Cristiano” Ronaldo, encarnación de la antideportividad, jugador sucio y brutal, egoísta, con desplantes de nuevo rico ante otros jugadores –como hace poco, en Pamplona- e incluso de desprecio hacia todos los españoles: baste recordar su provocador anuncio: “Mis perspectivas son mayores que las tuyas”.

                                Ambos individuos, pues, abusan de la situación de privilegio en que se les ha colocado para exhibir una “sinceridad” provocadora, tratando a los demás literalmente a patadas, dañando convivencia deportiva y hasta política, sin tener que someterse controles parlamentarios ni votaciones ni, como aves de paso, tener que soportar después las consecuencias sociales que el conjunto de los españoles estamos ya empezando a sufrir por su incivilizada conducta. Y este el momento en el Sebastián, el siempre tan oportuno ministro de Industria, firma un contrato millonario para que el equipo al que pertenecen, y que los avala hasta el punto de afirmar que tiene a Mouriño “para ganar partidos, no para hacer amigos” (¡!),  represente la imagen de España.

20110328. El gol de los obispos.

                                   Como demógrafo, puedo testificar que los obispos tienen algo de razón cuando dicen, en su “campaña por la vida”, que vivir vale la pena, poniendo como ejemplo el gol de Iniesta en el Mundial; porque múltiples estudios muestran que hay quienes esperan para morir que pase un acontecimiento que consideran importante (el Mundial, el Año Nuevo o su cumpleaños, por ejemplo). Claro que ese esfuerzo  no alarga apenas la vida. Y resulta escandaloso que esos profesionales de la religión tengan tan poca fe en lo suyo como para poner como razón para vivir el ir al fútbol, y no a misa, a las catedrales del fútbol y no a las propias, metiendo así un gol en propia puerta. Después lamentarán que  sus seminarios estén cada vez más vacíos, mientras que las escuelas de fútbol están llenas a rebosar.

20110404. Competir a muerte.

                                   En nuestra sociedad ultra competitiva, el fin de vencer justifica los medios. No importa que se declare de boquilla que todos los excesos son malos. Incluso con la excusa de que es saludable, se llega al colmo de fomentar prácticas que conducen a lisiar e incluso matar a sus practicantes, lo que se oculta en lo posible, cuando no ocurre a la vista de todos.

                                 Así, en la reciente media maratón de Madrid, aunque los que estuvimos allí vimos llegar muy congestionados a muchísimos de sus participantes, “sólo” 21 requirieron atención médica urgente, y dos están hospitalizados; uno de ellos, muy grave. Cuando dentro de unos días se “celebre” la maratón entera, esperemos que este año no ocurra, como el año pasado, un muerto entero al cruzar la meta. Mientras, empresas muy serias y respetadas sigue promocionándose con esos espectáculos de circo romano, y lamentando muy sinceramente esos tan repetidos como imprevistos –dicen- accidentes.

20110405. Otro gol a Iniesta.

                          Como Iniesta mete goles, hay quienes también quieren metérselos. Así, en un difundido diario, sobre el nacimiento de su hija, no sólo sacan su foto al volante y hablando por el móvil, sino que se añade que “por el momento, no proyecta pasar por la vicaría”, como reprochándole que no formalice más su unión, y por el sistema que ya es minoritario en España. Lo que recuerda el otro gol, en sentido contrario, de los obispos, que pusieron como motivación para seguir viviendo, en vez de un acto religioso, un gol de Iniesta.     

20110419. Del fútbol como opio.

                            Iñaki San Sebastián no está sólo. A mí también  me gusta el fútbol, y jugué, aunque en categoría inferior. Y si Iñaki hizo huelga cerrando la  televisión durante el Madrid-Barcelona, escribiendo mientras su carta de protesta a EL CORREO por la manipulación de que es objeto este bello deporte, yo estaba entonces a las puerta del estadio Bernabeu, con una gran pancarta que decía: “La crisis afronta: vota fútbol-droga, el opio de moda”. Y, para mi sorpresa -y no sin cierta incongruencia por parte de los concurrentes-, recibí muchos más aplausos que pitos.

20110518. Mal para Sevilla.

                              Un amigo mío sevillano me comentó que lamentaba que el Betis hubiera vuelto a Primera División. No soy del Sevilla F.C., respondió a mi pregunta, pero, añadió, esto aumentará aún más la afición al fútbol con todas sus consecuencias.  Porque, como decía hace poco un político de proyección nacional que si los trabajadores supieran tanto de economía como de fútbol serían invencibles. Y  Sevilla, a diferencia de ciudades comparables, como Zaragoza, Valencia o Bilbao, tiene dos equipos en Primera, y ambos han protagonizado las más espontáneas y numerosas manifestaciones de protesta en la ciudad, mientras que el índice de bienestar e igualdad social permanece muy por debajo del de esas ciudades.


20110528. Fútbol a palos.

                              Sólo los ciegos voluntarios pueden negarlo: el salvaje desalojo policial en Barcelona, con más de cien heridos contabilizados, de pacíficos acampados por un país más digno, prueba de modo demasiado contundente qué es lo que las autoridades entienden por “limpieza”… mental: que los ciudadanos no se preocupen de sus derechos económicos y políticos, sino, aunque sea a palos, del fútbol. Porque, de modo explícito, la autoridad “justificó” su violencia por la celebración en lugar vecino de la “posible” victoria del Barcelona. No fuera a ser que los  aficionados se contagiaran del virus ciudadano de los acampados y pidieran sus derechos, en vez del clásico: “Pan (aunque sea precario) y fútbol”. Sobre todo, fútbol, objeto de las mayores manifestaciones espontáneas y no reprimidas policialmente de los últimos lustros, preparadas, dos veces por semana, por otras concentraciones también masivas, a las que, llueva o truene, acuden, y encima pagando caro por ello, nuestros tan bien domados ciudadanos.

20110530. Daños colaterales del Barça.

                           Desde mi más tierna y lejana infancia fui seguidor del Barça, como catalán nativo; incluso uno de mis parientes llegó a jugar en su equipo. Ya adolescente, comprendí que era “más que un club”, siendo un modo de luchar durante la dictadura contra el centralismo franquista. Sin embargo, hoy, en democracia, el utilizar el Barça para promover una opción política, de suyo legítima, es una perversión del deporte –Laporta es el máximo, pero no único, culpable de esta prostitución del Barça- que hace que no pueda alegrarme tanto como quisiera de los triunfos de mi equipo.

                           Pero aún hay más, mucho más. Ligado íntimamente a lo político, y dañando gravemente ambos aspectos, está lo económico. Es obvio que no favorece el que nuestros jóvenes opten por profesiones solidarias –como la de médico-,  científicas –como la de químico-, o creadoras de empleo y riqueza –como la de empresario-, si observan que hay quienes obtienen fama y dinero a patadas dando puntapiés a un balón, con una parafernalia que convierte un bello deporte en un espectáculo desorbitado, un circo para distraer al pueblo -en plena crisis económica y política- de sus problemas reales, obstaculizando su solución. Y estos gravísimos “daños colaterales” se aplican, por supuesto, tanto al Barça como al conjunto de la selección española que ha ganado el Mundial de fútbol. En ambos casos, las personas sensatas se sentirán inclinadas a decir como el rey Pirro: “Otra victoria como ésta y estamos perdidos”.

20110708. Para Olimpiadas, “ni un puto duro”.

                                  Gallardón, como Aguirre, acaba de confesar que no tiene “ni un puto duro”. Mucho peor: tiene una gigantesca deuda, sin precedentes, que nos está haciendo pagar muy cara, con altísimos intereses. Y todavía tiene el valor de barajar la posibilidad de volver a presentar Madrid como sede de Olimpiadas. Algún ingenuo creerá que el gasto ya está hecho. Recuerde los “arreglos” y “ampliaciones” para la segunda e insensata apuesta por las Olimpiadas. ¡Ni un puto duro para la tercera, que sería, sí, la vencida, la ruina total nuestra en este período de dura crisis!

20110711. Basta de Olimpiadas, por favor.

                          ¡Basta! ¡Qué estafa! ¡Qué ruina! ¡Qué insensatez! ¡Qué aburrimiento! ¡Más “Olimpiadas para Madrid” no, por favor!

20110714. Cuidado con la cartera.

                               Respecto a las Olimpiadas en Madrid está corriendo como la pólvora un lema parecido al ya tan difundido, incluso entre los cristianos de verdad –avergonzados de que se financie con impuestos- con motivo a la visita de su representante. Y ese lema, ”¡Cuidado con las carteras!”, tiene aquí incluso más sentido, ya que las Olimpiadas nos han costado, y nos van a costar, por más “austeras” que las prometa un Gallardón que tantas veces nos ha engañado  y endeudado en esa y otras de sus locuras faraónicas-, muchísimo más de los 50 millones de euros que tendremos que cotizar por la realmente valiosísima visita pontificia. Recordemos que Zapatero, como ahora Gallardón, prometió que la mitad del gasto lo pagarían las empresas privadas…. pero les desgravó por eso el ochenta por ciento (80%). ¿Nos toman por tontos? ¡Cuidado con las carteras!

20110925. Inmoralidad antideportiva.

                           Como ciudadano, catalán y barcelonista me siento profundamente avergonzado por la abrumadora mayoría con la que la asamblea de socios del Barça aprobó la camiseta de un país que no respeta los derechos humanos, Qatar. “Razones son pesetas, y lo demás son puñetas”, tuvo el descaro de decir uno de los intervinientes.

                            En vano, pues, su presidente Rosell quiso defenderse afirmando que “la nuestra no es la cultura del pelotazo”, aludiendo al Real Madrid. Unos y otros han prostituído el deporte, convirtiéndolo en un espectáculo pseudo sagrado para distraer a la ciudadanía de sus verdaderos problemas. Tan intocable es el fútbol, que ni se protesta por los escandalosos sueldos de jugadores y directivos (estos últimos, con demasiada frecuencia culpables de negocios, digamos, turbios). Mientras, los médicos e investigadores deben emigrar, los profesores son despedidos, y el número de parados ronda en los cinco millones.

20111024. La muerte de otro motorista.

                          Caído y arrollado por otros dos motoristas, ha muerto el campeón Simoncelli, famoso por su agresividad en pista, que le valió no pocos accidentes y enemigos, y en la que ha perecido. La cadena mortal se cobra una nueva y significativa víctima. Seducido desde niño por las carreras de motos cercanas a su lugar natal, ha sido a su vez un particularmente nocivo ejemplo para muchos otros motoristas que matan y mueren, dentro y fuera de pistas. Es no sucedería si no fueran incitados por unos espectáculos montados por quienes, por dinero, fomentan el amor y prestigio de desarrollar velocidades suicidas y homicidas a muchos centenares de miles de motoristas, sin que la sociedad obligue a las autoridades a poner coto a tan funesta escuela, como sucede también en el, hasta ahora, todopoderoso e impune ramo del automovilismo.

20111026. Llorar a todos.

                             Hay que llorar por la víctima 46 del Mundial de motorismo, Simoncelli. Pero también por los muchos miles de motoristas muertos intentando imitar esa velocidad suicida. Y, secando las lágrimas, pasar a la acción, y prevenir esas muertes, eliminando esos espectáculos que fomentan tan inútiles como trágicos sucesos.