20071012. Banderas, no banderas.
Comprobado: todo vale a algunos para promover sus intereses. En la calle, unas docenas de energúmenos profanaban el acto central del desfile del 12 de octubre, el instante más solemne, de silencio por los militares fallecidos, para abuchear al presidente Zapatero. En las tribunas, Rajoy se singularizaba, entre lo patético y lo ridículo, por exhibir desgarbadamente él solo una banderita con la que intenta tan descaradamente, monopolizándola, subir al poder. Pero entre las miles de banderas enarboladas allí por los auténticos y desinteresados españoles, unas centenares le respondían con lemas como “España es de todos”, “No privatizable” y “Bandera, no banderías”. El patriotismo es solidario, engloba a todos, mientras que el nacionalismo –centralista, catalán o vasco- es discriminador, es un negocio en provecho de quienes lo utilizan para aprovecharse de los demás, señor Rajoy.
20071004. Costosa distracción.
La vieja pero eficaz táctica de hacernos mirar al cielo para robarnos la tierra de ciertos eclesiásticos está siendo adoptada y superada por ciertos políticos. Los ciudadanos, y los barceloneses en particular, tenemos derecho a saber cuanto nos ha costado, y qué contaminación nos ha caído encima –muy superior a la ya desaconsejable de los fuegos artificiales-, “gracias” a esa exhibición aérea de la Merced (pagada) llamada “Festa del Cel”. Algunos se quedarían quizá con la boca abierta de nuevo si supieran lo que esas barras de colores en el cielo han proyectado realmente en la tierra, claro simbolismo de lo que nos cuesta el exacerbado nacionalismo actual.
20070901. Muertes provechosas.
No se trata de sexo, ni de sus dineros, pero hasta los señores obispos han protestado en ocasiones por la escandalosa desproporción entre los sueldos que percibimos los ciudadanos normales y aquellos que se asignan a los futbolistas de élite, con la evidente intención de darle un exagerado valor al espectáculo.
En modo parecido, y con no menor razón, hasta los sindicatos han tenido que criticar la tan injusta diferencia entre el poco decoroso teatro fúnebre, el “exhibicionismo mediático” ante la muerte laboral de un futbolista –con el obvio interés de promover aún más ese suculento negocio- y la indiferencia y hasta secretismo con que se trata la muerte, cada año, de más de mil otros empleados en obras no menos constructivas, de personas no menos respetables, y por circunstancias no pocas veces aún más lamentables, como es la falta de medidas de seguridad a poco coste que podían haber evitado esas tragedias, que continuarán dándose gracias a ese espeso silencio cómplice que las envuelve.
Así pues, de modos al parecer contrarios, manipulando su memoria por exceso o por defecto, se monta un inhumano negocio aprovechando las muertes de uno u tipo de trabajadores.
20070712. Desafío del Getafe.
Pues sí, se trata de otra gran sorpresa del Getafe, ese desafío, ese encuentro, e incluso encontronazo, no ya con el Sevilla C. F., sino con la religión, al menos tal y como hoy se entiende. Jugando fuerte, el Getafe adelanta que es el mejor, el preferido. Y poca duda cabe de que la gente habla mucho más, y con más pasión, de fútbol que de religión. Y de que llena, pagando fuerte, grandes estadios, mientras que las iglesias –de entrada gratis- están casi vacías. Y que no se da por ningún cura u obispo lo que se abona por un jugador de fútbol, teniendo que pagar el Estado –es decir, todos- el salario de los curas. Y que, como subraya ese anuncio oficial del Getafe, lejos de atraer, los dos sacrificios con víctimas que fundaron el Antiguo y Nuevo Testamento –el hijo de Abrahán y el Crucificado- constituirían hoy delitos que merecerían las mayores condenas de cárcel. Así que, a pesar del contra ataque del clero, y salvo imprevistos, como un árbitro “untado”, este desafío del Getafe parece que va a terminar en goleada.
20070711. Fútbol y religión.
No soy religioso, pero respeto a quienes lo son de verdad, y la campaña oficial del Getafe, insultando y ridiculizando al cristianismo “en favor” de su club es una gratuita y grosera provocación que sólo favorece al fanatismo más extremo por el fútbol y, de rechazo, al extremismo pseudo religioso. Y todos tenemos una larga y triste experiencia de que ambos llevan a los peores enfrentamientos, con muchas víctimas psíquicas y físicas.
Ya es hora de que una sociedad más culta y civilizada ponga coto a quienes, en fútbol como en religión, guiados por bajos egoísmos, nos pretenden hacer adorar becerros de oro –como esos futbolistas comprados por docenas de millones de euros, un insulto a cualquier trabajador normal- para que nos distraigamos o nos resignemos a padecer sin resolver las fuertes desigualdades e injusticias que en temas de salud, vivienda o salarios tenemos en nuestra sociedad.
20070710. Espejos de la sociedad.
Es tan patriota que fija su residencia en el extranjero para pagar menos impuestos por sus millones; es tan sociable, que todos critican su pésimo carácter; realiza una labor tan destructiva, que fomenta la contaminación ambiental y los accidentes de tráfico por velocidad. Pero es arropado por los medios de comunicación e incluso recibe premios por parte de organizaciones que debieran tener una conciencia social más responsable ante ese fenómeno llamado Alonso. Es duro, pero real, que cada país tiene los gobiernos y famosos que se merece, espejos de la sociedad que los engendra.
20070707. Dos varas de medir.
Algunos fervorosos católicos han puesto el grito en el cielo por la subvención que el Ayuntamiento de Madrid otorgó al Europride. Curiosa manera de entender la caridad cristiana, e incluso la más elemental justicia. Porque no sólo se trata de mejorar la imagen social de un colectivo que hasta hace muy poco estaba muy menospreciado, incluso marginado en cárceles, sino que esa subvención es mucho menor de la que reciben esos fervorosos cristianos para celebrar fiestas de origen muy dudoso y de contenido social muy inferior, como la de los Reyes Magos, que ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos. Y que, al revés de lo que ocurre en ciudades de mayor solera democrática, como Londres, el alcalde no ha asistido a ese acto de reivindicación de esa minoría, mientras que se prodiga asistiendo a actos de de ideología católica. Por lo demás, las docenas de miles de visitantes que vienen a Madrid con motivo de esta celebración, máxime este año, justifican de por sí sólo, excepto para los talibanes de siempre, una inversión pública en esos actos de los que se derivan unos beneficios económicos muy considerables.
20070212. Careta de libertad.
La foto de la agencia EFE desde Tenerife era muy elocuente: media docena de desaprensivos, con gestos chulescos, se manifiestan del modo más incívico posible, cortando el tráfico, con una pancarta: “Libertad para el Carnaval”. Por supuesto, nadie ha pensado prohibir el Carnaval, ni su adecuado desfile por las calles. Lo que por fin ha ocurrido es un juez valiente ha amparado los más elementales derechos humanos de los vecinos al descanso y salud, impidiendo que de madrugada unos inconscientes o incívicos atropellen el necesario descanso de los millares de ancianos, niños, enfermos y demás vecinos del centro de la ciudad. Esa caricaturesca reivindicación de una pretendida “libertad del Carnaval” es, pues, una mala careta tras la que, como otros malhechores, algunos pretenden esconderse, poniendo al desnudo que lo que de verdad les gusta es atropellar, jorobar a los demás.
20070106. Niños retirados como la basura.
Apenas pasada la última carroza de la Cabalgata por el Paseo de la Castellana, cuando centenares de niños ocupaban la calzada buscando los últimos caramelos lanzados por los Reyes Magos, sin esperar ni cinco minutos, una policía con malos modales, y casi empujándoles físicamente, les obligaba a desalojar para que ganaran unos segundos de tiempo los servicios especiales de limpieza, como si los niños fueran una basura más. ¿Insensibilidad, pura exhibición de autoritarismo? Ese mal gesto deslucía la Cabalgata y dejaba no sólo a tantos niños sin caramelos, sino a todos, nunca mejor dicho, con muy mal sabor de boca.
20070101. Peligrosa aglomeración.
Por mi trabajo, estuve dos horas la noche del 31 de diciembre en la Puerta del Sol, esquina a Carretas. El comportamiento de los policías fue encomiable. Pero la incompetencia de los mandos nos puso repetidamente en peligro de avalanchas humanas, de resultados imprevisibles. No pocos niños y personas de frágil complexión –muchas, desconocedoras de las tradicionales aglomeraciones- sufrieron contusiones, y no siempre pudieron ser evacuados. ¿Tanto cuesta cortar el acceso cuando el aforo se hace muy incómodo, e incluso muy peligroso?