Cartas a la prensa – Comunicación y Censura – 2001

20011215. Radio nacional, inculta sobre los españoles.

 En lugar de procurar remediar nuestro aún vergonzoso “analfabetismo estadístico”, Radio Nacional parece empeñada en aumentarlo. Así, sin tener en cuenta el diferente ingreso por persona en las distintas Autonomías, y basándose sólo en los gastos absolutos en alimentos, nos da en estos días la “noticia” de que los catalanes eran los que más gastaban por Navidad, y los extremeños, los que menos. En realidad, lo noticioso es la supina ignorancia de esos profesionales. Y como no hay nada más atrevido que la ignorancia, RNE se atrevía a criticar, a partir de ahí, a  los catalanes, declarando que eran, “por eso”, “de los que más echaban la casa por la ventana” (algo tan contrario a lo que conocemos que haría ya sospechar un error a cualquier persona sensata), calificando por el contrario a los extremeños de los “más austeros”, burla cruel cuando todo sabemos  que si gastan menos en comer es porque son de los más pobres.

En modo no menos falso, dando una idea distorsionada –y con frecuencia insultante- de la realidad, es corriente oírle afirmar a Radio Nacional que Andalucía, Cataluña o Madrid son las regiones donde hay más malos tratos en el hogar, más accidentes de carretera, o más crímenes, basándose con increíblemente incultura sólo en las cifras absolutas de esos sucesos, cuando es obvio que, siendo las tres Autonomías más pobladas, tienden a tener mayor número de sucesos de todo tipo, y que sólo ponderando esa cifra absoluta por el número de habitantes (y, en ocasiones, por otros factores, como el número de vehículos en lo referente a los accidentes de tráfico) podremos saber si esas u otras Comunidades son las más peligrosas.

20011128. Prensa servil.

La diferencia, el “mal trato” informativo, es impresionante. Hace poco, distintos periodistas de los principales diarios de Madrid, que estaban cubriendo la información relativa a una manifestación de estudiantes de protesta contra el Gobierno fueron apaleados, fría y deliberadamente, por la policía, que rompió sus cámaras, y respondió a sus quejas con un cínico: Son los gajes del oficio de periodista. Sin embargo, sólo los diarios afectados se atrevieron a informar un día, brevemente, y en páginas interiores de este gravísimo atentado a la democracia, callando después como muertos, sin publicar ni siquiera las cartas de solidaridad de sus lectores al respecto.

Por el contrario, y “en compensación”, cuando en el extranjero ocurre que un periodista, desplazándose como cualquier otro viajero, es víctima de asaltantes anónimos que quizá ni supieron nunca que era periodista, tenemos en España grandes titulares en todos los medios durante una semana, exaltando el “valor” de la prensa. Demasiado “valor” el de demasiados miembros de una profesión que contribuye demasiado a perpetuar y agrandar demasiados de los grandes problemas que padecemos en nuestro país, cubriendo de superficial hojarasca, incluso aparentemente crítica en ocasiones, su profundo servilismo al poder de turno. ¿Cuándo el “Cuarto Poder” – la prensa, y los medios de comunicación en general – tendrá el valor de realizar la autocrítica que con tanta razón reclama a los demás Poderes?

20011122. Muerte de Diario16.

El día siete de noviembre fue un día especialmente triste, marcado por dos trágicas muertes, que ponen de manifiesto dos grandes “sietes”, roturas por las que se ve la pobreza y hasta las vergüenzas de nuestra democracia. Una fue la muerte en atentado de ETA de un juez del País Vasco, a menos de veinticuatro horas de que  una bomba de los mismos terroristas hiciera más de cien víctimas, heridas en Madrid. La otra fue la muerte, nada sorpresiva, tras una larga confabulación de muchos conspiradores contra la libertad, del que llegó a ser uno de los primeros y más democráticos periódicos del país, Diario 16.

“No opino como tú, pero defenderé al máximo tu derecho a decirlo” repiten hipócritamente tristes en su entierro no pocos, alegres en el fondo de que se acalle hasta liquidarlos a quienes piensan de otro modo, o aliviados por lo menos de que esta vez no les haya tocado aún a ellos. Fue lo mismo que sintieron en su día en el entierro de Liberación, La Tarde, El Independiente, Ya y El Sol, para limitarnos a sólo a la prensa, y a la prensa diaria, y sólo a Madrid, y a épocas recientes. Tocqueville creía que una prensa libre era más necesaria para el funcionamiento de la democracia que un Parlamento, y que para que fuera libre debería ser realmente plural, múltiple. Madrid, con una población de un millón de habitantes durante la Segunda República, tenía muchos más diarios entonces que hoy. La concentración en pocas cabeceras hace que esos medios de difusión sean muy poderosos, con mucho que perder, muy conservadores y muy vulnerables a las presiones del poder de turno. El amplio cementerio de prensa liquidada, como el de víctimas de ETA, es en realidad el de nuestras libertades.

20011109. Periodistas pegados.

Me he quedado helada al enterarme de que la policía golpeó repetidamente y rompió los materiales de grabación a varios periodistas que informaban de una manifestación en Madrid.  Y que encima tuvieron el cinismo de responder a sus protestas que esos eran “los riesgos de su profesión”. ¿Quién ha enseñado a esos policías la teoría fascista de que su misión es pegar a pacíficos ciudadanos, profesionales que relatan los hechos?

Ese modo de sembrar el terror no tiene otro nombre técnico que el de terrorismo de Estado.

20011030. Folletos retirados.

No es que me guste, pero ojalá el PSOE aprenda de esta experiencia lo amargo que es vivir en una democracia tan deficiente que hasta hay que pedir permiso (que no se da) para repartir folletos en la vía pública. Ahora en Madrid unos policías han decomisado, contra el artículo 19 de nuestra Constitución, que proclama la libertad de expresión, unos folletos que miembros del PSOE repartían en la calle; como en tiempos del gobierno del PSOE éstos se aprovechaban también de reglamentos y prácticas de la dictadura para reprimir la expresión ciudadana de otros grupos.

Por mi profesión, he repartido folletos sanitarios en más de veinte países de cuatro continentes, y sólo en España he encontrado una “democracia” que multa a quien distribuye un folleto y no al que lo tira al suelo (¿por qué no multan al que les enseñó a leer, “raíz” del mal?), modo fácil y poco limpio de hacer “limpieza” ideológica con la excusa de pulcritud. ¡Qué lejos están los políticos de preocuparse por los modestos modos de libertad de expresión que tienen los de abajo, ese pueblo que dicen representar con algo demasiado parecido, en el mejor de los casos, al despotismo ilustrado, y no a una democracia moderna normal, a la que nuestra transición –como prueba ese hecho entre tantos otros- está aún lejos de llegar!

20011016. Censura de guerra.

El índice de lectores de periódicos en España es, con mucho, de los más bajos de Europa. Se trata de un círculo de lo más vicioso, porque, sin muchos lectores, la prensa depende de los gobiernos y de los intereses de grandes grupos económicos, tergiversando en favor de ellos los hechos, lo que le impide tener la confianza y respaldo de más lectores. Circulo vicioso de lo más nocivo para la democracia que, en expresión de Tocqueville, necesita más una prensa realmente libre que un Parlamento.

La guerra lleva hasta el colmo esta como otras contradicciones entre  los “buenos”, partidarios de la guerra (eso sí, “justiciera” hasta el infinito, “por la libertad”… de matar más que los otros, etc.) contra los “malos”, partidarios de la paz. Para limitarme a lo que he podido observar directamente en las calles de Madrid, la prensa “eliminó”, silenciándolos por completo –o, en algún caso raro, se contentó con reducir a dos mil- los diez mil “malos” que se manifestaron en sus calles en favor de la paz, sin dar, por supuesto, fotos del acto, que hubieran desmentido embuste de tamaño.

Unos días antes, en la Fiesta de la bicicleta, no sólo calló el hecho de que muchos, muchos ciclistas llevaban pegatinas pidiendo la paz, sino que consiguió sacar fotos de grupos de ciclistas en que estas pegatinas no aparecían, destacando en cambio, con fotos especiales, hechos realmente relevantes… para distraer, como el que un ciclista llevara un perro, y otro fuera bebiendo vino (¡!) de una bota. Esa “buena prensa” condena así al infierno del olvido a los “malos” pacifistas, mientras lleva trabajosamente a sus escasos lectores por el duro pero escogido, meritorio, “buen” sendero de la guerra.

20011008. Carteles políticos.

No sé si esta carta llegará todavía a tiempo de ser tolerada, porque la oleada antidemocrática ha alcanzado ya tal nivel que los medios de difusión también censuran, recortan o directamente suprimen hasta este modestísimo sistema de expresión ciudadana. Quiero denunciar con indignación el vergonzoso espectáculo que acaban de dar los políticos en Galicia, como en otras partes de España. En efecto: veo por televisión que tienen el descaro de utilizar en exclusivo provecho propio   la “antigua” pegada de carteles, mientras que han prohibido al resto de los ciudadanos este clásico modo de expresión, realmente popular y eficaz –baste recordar al famoso el renacentista italiano Pasquín, que en cierto modo le dio nombre-, con la sucia excusa de una “limpieza” que, como se ve, es en realidad ideológica, antidemocrática.

20011003. Madrid y más cartas.

Últimamente he venido observado en su diario no sólo una disminución del número de cartas publicadas (quizá lleguen también menos, por la competencia del nuevo diario) sino también que se va relegando su lugar de publicación de la página tercera a la quinta, y después a la séptima, lo que parece indicar que, al menos en parte, la publicación de menos cartas se debe a un menor aprecio por la opinión e intereses de los lectores… precisamente cuando la competencia parecería hacer más necesario reforzar esos lazos.

20011003. Sobre las cartas de los lectores.

He sido un fiel lector de Diario 16 desde casi su fundación. Por eso lamento que en estos momentos, en los que el diario necesita un especial apoyo de sus lectores, se adopte una política contraproducente en su aspecto de rentabilidad económica, además de ideológica.

Me refiero en particular a la antes denominada “Página de los lectores”, y hoy reducido a un mínimo espacio, en lo más bajo de una página, con muy pocas cartas,  y estas, encima, con demasiada frecuencia, (según se puede observar en algunas, publicadas enteras en Cambio 16, Época y otras publicaciones), mutiladas hasta resultar incomprensibles. Con tan poco respeto a sus lectores, ¿cómo se puede esperar que respondan ellos? ¿No es más lógico temer que esta espiral acabe por liquidar a lectores… y editores?

20011001. Una espía en Afganistán.

Un canal televisivo español no sólo revela que hay una mujer que, escondiendo un ordenador portátil en sus ropas, comunica a Occidentes noticias desde las montañas de Afganistán, sino que da una serie de detalles personales y familiares sobre ella que facilitan mucho su identificación. ¿Cómo puede haber gente tan inconsciente, o algo aún peor?

20010926. Anuncio de coche.

¡Han conseguido con ese coche batir un nuevo récord… de mal gusto! En efecto: en su anuncio radiado se oye sólo la voz mortecina de un moribundo, que va dejando casas y negocios a otros, para acabar legando a su primogénito algo de valor obviamente muy, muy inferior:  su coche marca Tal.

Si eso hacen sus fabricantes con el anuncio, ¿qué bromas no hay que temer que gasten a sus clientes-víctimas con la estética, el precio, la seguridad y la calidad en general de su -ya así, de entrada- vehículo tan… fúnebre?

20010921. Las cartas de los lectores en los periódicos.

                                                           Nunca es tarde si la dicha es buena. El diario de mayor difusión del país acaba de hacer un estudio que coincide con otros de diversos países: la sección de cartas es la que más se lee (y cuesta menos), por lo que la está ampliando. Otro diario madrileño, coincidiendo con su sufrir ya gravísimos problemas de subsistencia, atiende también ahora más, en cantidad y pluralismo, las opiniones expresadas por sus lectores en sus cartas.

                      En cambio, dos otros diarios capitalinos que presumen de liberales restringen a una, como si siguieran siendo uno, el espacio de esas opiniones y, cosa «curiosa», coincidiendo con sus nuevos problemas financieros, ambos publican cada vez más sólo cartas…   antiliberales; hasta el punto que uno de ellos haría aquí palidecer de envidia al extinto «El Alcázar».

                     Por último, inmutable, demostrando lo que le cuesta aprender, supuesto que quisiera, el más elemental abc de la democracia, otro diario madrileño sigue siendo el que menos cartas publica en relación al número de sus lectores, y continúa ejerciendo sobre esas cartas una censura tan férrea que todas parecen escritas por la misma mano (no me atrevo a decir «cabeza»). Una lamentable mayoría de esos diarios son pues des-cartados y, por tanto, para quien respete el respeto a su propia opinión, descartables.

20010611. TV1, muy partidista.

3.000 motoristas se manifestaron el domingo 10 de junio por las calles de Madrid, reclamando mayor seguridad vial. Un número muy superior de ciudadanos, en otra manifestación, también de ámbito estatal, lo hicieron a la misma hora en calles cercanas, convocados por cincuenta organizaciones, sobre un tema que a todos nos concierne en muchos aspectos: la política del nuevo presidente estadounidense, Bush; entre los asistentes –quizá esté ahí en parte la clave de lo que pasó- estaba el líder de unos de los principales partidos del Parlamento español.

El primer acto fue comentado profusamente por TV1; al segundo, ni lo mencionó en lo que todavía insiste en llamar, con típico humor negro, sus “Informativos”. Una prueba, entre mil otras, de que debería llamarse “TV1PP”, y del respeto que tiene el partido del gobierno a la verdad, a la libertad de opinión y a la honestidad al administrar los dineros de todos, en la televisión estatal, en beneficio de sus propios intereses.

20010423. Radio Cinco responde.

La “refutación” enviada por Radio Cinco no hace sino confirmar las denuncias de una lectora sobre el carácter tan parcial, especialmente escandaloso en una radio pública, de lo que “selecciona” informar.  Lo prueba el que Radio Cinco escogiera informar, entre tantos otros, sobre el comentario tan sesgado, e incluso injurioso, que un político de segunda o tercera fila –si no un locutor de esa radio, error que no cambia el fondo del problema, por más que lo pretenda su portavoz- profirió respecto a la decisión del PSOE de recurrir la Ley de Extranjería.

Atado al volante varias horas por día, conozco distintas emisoras desde hace años, y debo testificar con pena e indignación que nunca he encontrado una emisora pagada por todos que, no sólo hablando directamente de política, sino en general,  introduzca mayor cantidad de paja en su programación. Radio Cinco, precisamente por fallar también en ese campo profesional, no sólo intenta inculcarnos que es objetiva –“nosotros sólo informamos”- sino que es “sólo noticias”.

 También esto último es falso, pues cualquiera que tenga “oídos para oír” podrá comprobar que introduce en su programación las cosas más increíbles: desde algunas informaciones científicas o históricas, o música –aceptables en otra radio que no quiera venderse como de “sólo noticias”- hasta variadas ofertas de empleo  para un electricista y barrendero en Zafra, o perderse en una interminable verborrea respecto al número de páginas extensión de márgenes e interlineado (sic) de un concurso de poesía de tal o cual pueblo. Tamañas incongruencias con el medio empleado harían reír si no hicieran llorar, al ver cómo se manipulan y desperdician así nuestros recursos culturales y nuestro dinero.

20010421. Ansuátegui y sus precedentes.

En un dibujo satírico se veía a unos guardias de tráfico disparando contra los coches infractores, mientras eran observados por dirigentes del Partido Popular  (sic) Nacionalsocialista alemán (los nazis), que comentaban: ”-Quizá no fue buena idea poner a los de la SS a dirigir la circulación”.

Al parecer, todavía hoy no han llegado a esa conclusión los dirigentes del Partido Popular español (el PP), que mantienen en su empleo a quien dirige a golpes de porra y heridos el orden establecido en el tráfico y manifestaciones en Madrid, como buen fascista -ya en 1971 era delegado falangista de Sindicatos en Pamplona- que impenitentemente que sigue siendo. “Genio y figura, hasta la sepultura”. Y no me refiero sólo al “nuevo”(¡!) delegado del gobierno del PP en Madrid. Ansuátegui.

No es por gusto que sus víctimas y miles de personas más se han tenido que manifestarse en nuestra capital con lemas como “¡Demócrata! ¡No te calles! ¡A la calle!” y “Calle franca y popular, ni de Fraga, ni de Aznar”.

20010408. Fotos coherentes.

 He recibido una publicación de una gran institución en favor de la infancia, con una “ilustración” en la que se ve al médico poniendo una vacuna contra el sarampión a un niño. Sería una buena propaganda si el gesto agresivo del médico, el defensivo de la madre que sujeta a su hijo y, sobre todo, el tremendo gesto de dolor del niño, no fueran tan fuerte y obviamente contraproducentes en relación al efecto que se pretende obtener. Dado que esa falta de buen sentido se da también en otras instituciones, desearía pedir a sus responsables que actúen con mayor coherencia y eficacia respecto a sus loables fines.

20010404. Sobre el repartir octavillas.

Tras 1975, los periodistas preguntaban a los políticos cuanto costaba el billete de Metro, para ver si estaban cerca del pueblo. Ahora ni se les ocurriría esa “chiquillada”, dándolo por supuesto. En modo parecido, en una necrológica referente al fiscal Chamorro, el jefe de Inspección Fiscal J. J. Martínez Zato recuerda cómo J. V. Chamorro repartía octavillas en pro de la democracia, pidiéndole retóricamente al difunto que envíe Chamorritos para repartirlas si hiciera falta*. Sin duda, prefiere ignorar, o ignora incluso, que hace mucho que se persigue a quien pretende repartir octavillas de cualquier tipo, políticas o incluso sanitarias; a mí me lo han prohibido en Barcelona, y hasta me han echado los perros (encadenados, de momento) en la estación de Sanz; y que en Madrid los guardias me han dicho que se pasaban… por ahí mi derecho constitucional a la libertad de expresión, me han confiscado octavillas, etc. ¿Hasta qué punto ha llegado la insensibilidad política, la falta de democracia, incluso en quienes hipócritamente se reclaman de ella, en esta España que “va bien”?

20010716. Censura al monovolumen.

¡Me han hurtado el coche los periodistas de EL PAÍS! Al criticar el que tengamos todos que subvencionar el turismo en hoteles de cuatro estrellas de Madrid, como nos impone Ruiz Gallardón, comparaba yo en una carta esa subvención con la otra subvención que el PP nos obliga a dar a las familias numerosas… ricas, las que pueden permitirse el lujo de comprar autos monovolumen. Los de EL PAÍS publicaron mi queja, pero hurtando el monovolumen, quizá porque se parece demasiado al coche que alguno de ellos haya conseguido obtener.

Chusco, y hasta ridículo en apariencia, este abuso censor pone de manifiesto la falta de espíritu democrático de quienes se pasan el día reclamando libertad de expresión… para ellos, pero cada vez dejan menos espacio a la libertad de expresión de los demás, “seleccionan” con descarada parcialidad las tendencias a las que dejarán expresarse algo, e incluso podan esas pocas voces ciudadanas aún toleradas por ellos; sin duda, les falta espacio… democrático.

20010624. TV1 va bien.

Después de años de incesantes estudios sociológicos se ha descubierto el origen de la famosa fórmula: “España va bien”. El señor Aznar pronunció esta histórica frase, con lógico convencimiento, tras contemplar los informativos de TV1; pues, “sin noticias, buenas noticias”, y las malas noticias, y casi todas las que da TV1, son del extranjero; de España sólo se sabe que el Gobierno lleva la voz cantante y casi única, aunque desafine tanto en ocasiones.

20010624. Anzuátegui sigue siendo el mismo franquista.

Con una, a primera vista, desarmante sinceridad y bondad, el delegado del Gobierno en Madrid ha aconsejado a los ciudadanos de ciertas urbanizaciones que, si quieren estar seguros, seguro que deben contratar vigilantes privados. Cifras cantan: en Madrid han disminuido por miles los policías en los últimos años, mientras que Anzuátegui emplea cada vez más los pocos restantes en escoltar a los miembros de su gobierno y en vigilar, amedrentar, y hasta apalear en las manifestaciones a pacíficos ciudadanos de la oposición (asociaciones de vecinos, ONGs, etcétera).

No cabe dudar, pues, de la sinceridad, hasta el descaro, de estas declaraciones de Anzuátegui; ni, por los mismos hechos, de su poca bondad. De ahí que me parezcan miopes, insuficientes, las muchas voces, y hasta manifestaciones, que desde hace meses, por todos estos hechos, han ido pidiendo su destitución. Porque su labor es de lo más coherente con la de un Gobierno central que en toda España reprime las manifestaciones y libertades de todo tipo, mientras privatiza, no sólo la seguridad, sino todos los servicios públicos, hasta la educación y la mismísima sanidad, a pesar de seguir cobrándonos con aplomo los impuestos. Anzuátegui es la cara real del régimen, si no “la cara amable”, como Solís del franquismo, aunque “nuestro” actual delegado también fue entonces delegado falangista de sindicatos.

Quienes no estemos de acuerdo con todo esto, en vez de perder inútilmente el tiempo y el esfuerzo pidiendo el cese de funcionarios tan eficaces y coherentes, como, seamos justos, es el delegado Anzuátegui para el PP, hemos de procurar la única solución posible al respecto: cambiar un Gobierno que está utilizando, no sólo los mismos sistemas antidemocráticos de mandar, sino, desde el ministro franquista Fraga hasta el delegado de sindicatos Anzuátegui, incluso los mismos dirigentes de la anterior dictadura derechista.

20010623. El País juega mal a las cartas..

Ustedes publican muy pocas cartas de sus lectores respecto a: 1) las que presumen recibir 2) al respeto que presumen tener con sus lectores 3) a lo que publican otros diarios.

Además, las publican muy tarde, por lo que con frecuencia éstas han perdido gran parte de su interés. “Ejemplo” insigne es la carta que, por fin, publican el día 23 de junio, denunciando la censura por TV1 de la manifestación estatal contra la visita de Bush el domingo 12; ustedes la dan pues, a los ONCE días de los hechos, cuando: 1) en otros diarios la he visto publicada a los TRES días, 2) cuando, por la naturaleza del hecho, tiende a perder importancia con su falta de actualidad y 3) cuando, encima, a ustedes les interesa obviamente el resaltarla, por la competencia entre TV1 y Canal Plus.

Por si esto fuera poco, ustedes la publican en la sección equivocada –y menos importante, menos acorde a sus propios-, en la sección de Madrid, cuando era una manifestación ESTATAL, se trataba de informativos ESTATALES de TV1 y Bush es… superestatal.

Tras ese cúmulo de despropósitos uno no puede menos de preguntarse por qué ustedes no se dedican a otra cosa.

20010326. Hablar atropellando.

Un consumidor normal no puede sino responder con un rechazo total a quien pretende venderle algo abusando de él de modo sensible, palpable, en el mismo mensaje publicitario. Siendo ya más perseguidos quienes se atreven a gritarnos para vendernos, apedreándonos con sus groseros e insanos decibelios, ahora otros publicitarios sin escrúpulos no dudan en atropellarnos hablándonos atropelladamente, como los de cierta marca de automóviles, con lo que nos perjudican a todos con esas molestas e insanas agresiones verbales, a las que los comité de ética del sector y las autoridades deberían ya haber puesto coto.

20010321. ABC y verdad.

Usted perdone, pero a veces siento casi envidia de los lectores de un diario madrileño que hace todo lo posible, y hasta lo inimaginable, lo “imaginativo”, para presentarles a los suyos las cosas del modo más favorable a su ideología, de modo que se sientan más optimistas… aunque el pesimista, como se suele decir, esté mejor informado.

Por limitarme a “ejemplos”, digamos, numéricos, se ha denunciado que hace poco, este diario, progubernamental, pretendía –contra lo que reconocían otros medios- que la manifestación contra su Plan Hidrológico “no había llegado a 200.000 personas”, cuando de hecho reunió a más y, por supuesto, a muchísimos más de los que los seguidores de la ideología de ese diario nunca consiguieron juntar.

Volviendo a las andadas, estos días ese diario se empeña en dar una cifra de la manifestación estatal contra la Ley de Extranjería diez veces menor que la estimada por sus organizadores, actuando exactamente al revés de cómo hace cuando se trata de sus manifestaciones, como una contra la libertad de a abortar (de los demás, por supuesto), manifestación antológica en más de un sentido, cuyo “ingente” seguimiento ese diario intentó “probar”… duplicando la masa de la gente fotografiada, burda manipulación que la repetición de los mismos edificio ponía de manifiesto a ojos más críticos que los de sus tradicionales lectores. Volviendo al revés el dicho aristotélico, el lema de ese diario tan “optimista” parece ser: “Amiga es la verdad, pero más amigos son mis amigos”.

20010306. Canalladas de C. l. Álvarez, “Candido”.

Aunque todo el que se interesa por los medios de difusión debe conocer con frecuencia muchas canalladas, pocas han marcado mi vida, sumiéndome en una larga depresión y llevándome a abandonar el periodismo, como la confesada cínicamente por su mismo autor en 1987, “Cándido”. Influyó en ello, sin duda, el ser él miembro de una “intelligentsia” que ha continuado en el poder en España aun después del franquismo, quizá más intacta que ningún otro poder fáctico, contribuyendo a mantener bajo apariencia democrática a los más bajos fondos de nuestra sociedad; así como el modo tan incalificable con que “Cándido” traicionó una y otra vez a derechas e izquierdas, con resultados tan dañinos, incluso de muerte; y su altivo desprecio a una opinión pública, desgraciadamente tan fundamentado hasta ahora como prueba el que él haya seguido cosechando dinero y premios.

El que ahora se haya atrevido a reeditar por tercera vez su “hazaña” me ha llevado a denunciar de nuevo, en una carta enviada a más de doscientos medios de difusión y organizaciones, esa conducta de C. L. Álvarez, confiando que –a pesar de la aún menor libertad general de expresión hoy existente- llegue esta denuncia a personas más capaces que yo de vencer en esta lucha… y que la influencia de ese “Cándido” y de su mafia sea hoy menor.

20010303. Cándido.

Ha hecho falta que se juntaran una serie increíble de vergonzosas circunstancias para que, muy lenta y puntualmente, se observara alguna débil reacción de boquilla, ante la millonaria indemnización y medalla póstuma dada al policía torturador y asesino, colaborador de la Gestapo, M. Manzanas; y eso porque este verdugo ejerció en el País Vasco, y tal premio estorba a la lucha contra ETA.

Pero ¿qué decir del que no es sólo peón ejecutor, sino un chivato voluntario, un “intelectual” que voluntariamente se ofrece para señalar con el dedo a sus colegas que hay que torturar y matar? Peor aún, aunque parezca imposible: ¿cómo calificar al que incluso inventa torturas y asesinatos cometidos por los “rojos” para justificar tantas torturas y fusilamientos que todavía, -en 1956, cuando se publicaron sus calumniosas denuncias-, estaba perpetrando el franquismo?  Esto es una evidente inducción al asesinato masivo, un imprescriptible crimen contra la humanidad.

El problemilla es que, en este último caso, no se trata ya de un peón ya muerto de una “limpieza” social que hoy estorba recordar, sino de uno –entre muchos otros, de un sindicato vertical aún impune y dominante- de los intelectuales más vivos e influyentes. De ahí que él no tuviera empacho, cuando gobernó el PSOE, en reconocerse como  el “negro” responsable, por dinero, de inventar aquellos falsos crímenes, que había firmado por el Abad del Valle de los Caídos; teniendo el valor de presentar,  en 1987, aquellas calumnias -que tantas torturas y fusilamientos habían ayudado a justificar y propiciar- nada menos que como un sutil engaño, un “gol”… al cristianismo y a la derecha… y recibiendo este Supermanzanas, por ese “gol”, por esa nueva traición, nuevas recompensas.

Este siniestro mercenario de la pluma, que ha vendido y traicionado así a todos, parece insaciable, y vuelve por tercera vez a repetir su “hazaña”. En efecto: hoy, en 2001, abro el noticiario de TV1 y veo que con mi dinero se está haciendo una masiva propaganda de su nuevo libro sobre esos sus engaños y traiciones, entrevistando a su autor, que, encarnación hasta en su nombre de la más completa candidez, declara con aplomo haber sido en todo ello una “víctima” más del sistema. Se me ha revuelto el estómago. “Dime con quien andas y te diré quien eres”. No creo que podamos tener una sociedad mínimamente sana, honesta mientras no vomitemos esta podredumbre, y pongamos donde deben estar a personajes como el cándido Carlos Luis Álvarez.

20010227. Radio Cinco presume de no opinar.

“Nosotros no opinamos: sólo damos noticias”, nos repite machaconamente Radio Cinco. ¡Como si el escoger qué noticias darnos, desde qué punto de vista, y con qué énfasis, no fuera opinar, y de modo, con demasiada frecuencia en esa radio, tremendamente parcial! No sabe uno qué admirar más: si el bajo nivel mental que Radio Cinco supone en sus oyentes, para atreverse a presumir así, o su alto nivel de manipulación, que esa misma pretendida “objetividad absoluta” nos permite comprobar a todos.

20010212. TV1 desinforma.

TV1 está batiendo algunos de sus propios récords. Su “informativo” nocturno del domingo 11 consiguió hacer invisibles a muchos miles de personas reunidas en el centro de Madrid y de Valencia. Claro está que había muchos intereses en juego. Porque esa muchedumbre era, a partes iguales y concordes, de españoles e inmigrantes, protestando contra política inmigratoria del Gobierno del PP, pésima en el fondo e inhumana en la forma. Y sus pancartas decían cosas como: “Esta ley de extranjería, el racismo más amplía”, “Papeles de persona, no de esclavo”, “Yo soy humano ¿y tú?”, “En el Sur, explotados; en el Norte, expulsados”, “Al extranjero rico, turismo; al pobre, racismo”, “Ayer emigramos, hoy discriminamos” y “Con droga, acoso y cepo, caza MAYOR”.

Intentado tapar el cielo con la mano, TV1 pretendió disimular su tremendo hueco informativo dedicando la mayoría de su espacio a detalles morbosos de dos accidentes de tráfico. Es la misma fórmula que empleaba, entonces con la revista sensacionalista EL CASO, el régimen franquista para pretender que “aquí no pasa nada”, que “España va bien”. Sin tener que matarlos, como los carniceros de ETA ¿cabe algo más obsceno que pretender sacar provecho político de unos cadáveres, como hacen estos carroñeros?

20010208. Carteles oficiales autoritarios.

Hay que aplaudir, por supuesto, la campaña “Por un Madrid más limpio”. He estado en docenas de países, del Norte y del Sur, y rara vez he visto tirar tanta basura al suelo, como en Madrid. Hace falta, pues, más educación… y también más multas a quienes después no cumplen; porque, según me han confesado ellos mismos, casi ningún guardia urbano ha puesto jamás ninguna multa por este concepto.

Esto supuesto, hay que lamentar que en esta campaña se haya deslizado un dibujo de un oso, que obviamente representa al ayuntamiento madrileño, teniendo en una de sus garras, suspendido horizontalmente, en posición humillante y ridícula, a un ciudadano que ha tirado un papel, y señalando con la otra garra una papelera. Este demasiado elocuente dibujo tiende a provocar reacciones contrarias a esa limpieza por el bochornoso autoritarismo que destila, que ni en broma se debe tolerar en una democracia.

Ese autoritarismo remanente o resucitado de épocas que debieran estar superadas hace tiempo lo encontramos también en otras expresiones de burócratas nostálgicos de la dictadura, como en los carteles del Metro en que se advierte que tal o cual conducta está “terminantemente” prohibida, tono tan irrespetuoso, antidemocrático como, repitámoslo, contraproducente, por la reacción adversa que provoca en el ciudadano respecto a la conducta que se pretende evitar.

20010205. Medios de comunicación y democracia.

En los países que pomposamente se autocalifican de democráticos, (incluso sin adjetivos calificativos, como la famosa “democracia orgánica”), los ciudadanos pueden escoger entre una televisión estatal, con su mayor dosis de manipulación política (más de 90% de los españoles lo reconoce así, en una reciente encuesta), y otras privadas, con anuncios, es decir, con más manipulación económica. Dado que los dueños del poder político y económico son prácticamente lo mismos, se comprende que el margen de elección, la rendija de libertad de esos ciudadanos, sea parecida a la de escoger entre Coca-Cola y Pepsi-Cola.

En España, a Dios gracias, seguimos siendo diferentes. Aquí la televisión estatal incluye también la manipulación económica, mediante anuncios, y la mayoría de los ciudadanos, en la misma encuesta, consideran que ese sistema es el mejor. Claro está que nos lo justifican diciendo que así esa televisión nos sale gratis… de momento, ya que sólo tenemos que pagarlo después, mucho más, y todos (queramos o no, veamos o no ese amasijo de manipulación), vía presupuestos del Estado.

Se podría pensar que situación tan opresiva podría levantar aquí, como hemos visto hace poco en otros países, verdaderas revueltas ciudadanas que acabaran con los dirigentes de esa tiranía desinformativa. Al revés: aquí la televisión estatal es muchas veces la de mayor audiencia. No es que Franco dejara todo “atado y bien atado”: es que Franco pudo morir en la cama tras cuarenta años de tiranía, y sin que sus cómplices hayan sido nunca juzgados (al contrario, algunos todavía son políticos de renombre; otros, hasta torturadores muertos, reciben hoy medallas póstumas) porque el pueblo todavía tiene aquel secular “miedo a la libertad” que analizara E. Fromm. Ese temor le hace buscar dictadores no sólo en política, sino en la información y demás campos de la vida. Calificar ante estos hechos a nuestro pueblo de democrático es, pues, la definición más prematura que podamos imaginar.

20010116. Teléfonos abusones.

     Algunas organizaciones están dando cada vez más un maltrato por teléfono al ciudadano, vejación que mereceremos si la sufrimos sin cortar nuestra comunicación con ellas o, cuando se trata de monopolios o “servicios públicos” (¡!), sin protestar enérgicamente contra esa falta de educación:

  1. El nivel “mínimo”, que “sólo” nos hace perder tiempo y dinero a nosotros y aumentar el desempleo, es el de aquellas organizaciones que no nos responden personalmente, sino por medio de contestadores, a veces múltiples, complejos e incluso incorrectos.
  • Dando un paso más (y muchos, a nuestra cuenta de teléfonos) hay organizaciones a las que, por ganar un poquito más, no les importan darnos un peor servicio aún, obligándonos a largas esperas por teléfono, una vez que hemos conseguido conectar con el departamento que necesitamos.
  • Especial descaro muestran aquellas que sistemáticamente, para darse importancia a costa de nuestro tiempo y dinero, nos dicen que “todos nuestros agentes están ocupados” aunque no sea verdad; mentira que se destapa cuando después conectan con otro mensaje grabado que informa de que ese día no trabajan por ser “puente, o lo que sea, como me ocurrió con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a la que, ingenuamente, se podría pensar en recurrir ante esos abusos de otras organizaciones.
  • Un refinamiento especial de esa manipulación de los consumidores, mostrando que se les considera realmente de SEGUNDAMANO, es el de empresas como la revista de ese nombre que, además de contestar siempre con el así patente cuento de que “todos nuestros agentes están ocupados”, aprovechan la ocasión para obligar al usuario a tragarse un anuncio grabado con su propaganda. Pero ¿nos merecemos algo mejor si aguantamos todos esos abusos sin reaccionar adecuadamente contra ellos?

20010111. País bien mistificado.

        El pacto funciona, y “España va bien”. Lo dicen hasta los adversarios de Aznar. En el mismo diario considerado como el “Boletín Oficial” de la oposición de este país leo hoy dos cartas más, parte de una larga serie ya publicada, de protesta ante el escándalo… de un tenor extranjero en la Opera, así como una amplia, documentada y encendida denuncia contra el Rey… Mago que tomaba chicle. Claro está que esa milagrosa paz… mediática puede llevar a que sólo se compre la prensa de fútbol y cotilleo; pero esa eventualidad no importa a quienes poseen ambos canales y obtienen también, por cooperar tanto a mantener la paz social, tan jugosas compensaciones.

20010105. Censura en el cine.

        Hemos vuelto a la época en que lo “progre” era decir que, puesto que la minifalda no era inmoral, no debía reprimirla la guardia civil; es decir, a admitir que el Estado tiene el derecho, e incluso la obligación, de imponer un tipo determinado de moralidad. En efecto: estos días los liberales rechazan el que la película francesa “Fóllame” merezca ser considerada “X”, en vez de rechazar el que el Estado tenga derecho a quemar económica, si no ya físicamente, los objetos –libros, films, etc.- que no correspondan a su moralidad más dominante, con ese sistema coercitivo, ese “infierno” para las películas que califica como X, según un proyecto de UCD cuyo ejecutor –nunca mejor dicho- fue el mismísimo PSOE. Se acepta explícitamente, con esas protestas, esa censura, protestando sólo de que se aplique a una determinada –por lo demás, a mi gusto, lamentable- película. Bochornoso.

20010104. Cartas de la prensa.

Muy interesante me parece la carta del lector que, tras felicitar a los periodistas por protestar de la actual represión de las manifestaciones ciudadanas por el Delegado del Gobierno en Madrid, les pide que tampoco ellos repriman las manifestaciones ciudadanas en sus publicaciones, al limitar cada vez más la voz de sus mismos seguidores. Felicito también a TIEMPO por su coraje al publicar esa petición… esperando que proporcione también a otros un ejemplo práctico, restaurando, incluso ampliado, el espacio, hoy ya casi invisible por lo minúsculo, reservado a sus lectores.