- El aborto condena al cristianismo. 17
Sí: al revés de lo que hoy pretende hacer el cristianismo, es el aborto el que condena a esa organización antievangélica. Porque el concilio de Nicea, manipulado por el emperador Constantino, bautizado sólo al morir, armó, como todavía se dice recuerda tras casi dos milenios, “la de Dios es Cristo”, un tremendo escándalo al endiosarlo, rompiendo con el monoteísmo judío. Jesús proclamó muchas veces ser Hijo del hombre, reprendió a quien le llamó bueno, respondiéndole que bueno sólo lo era Dios -es decir, negando explícitamente serlo- e incluso reprochó a Dios que le hubiera abandonado en la cruz. Hay que ser muy ciego o fanático -como me educaron para serlo, y mucho, durante décadas- para seguir dando coces contra el aguijón.
Si Jesús hubiera sido Dios, él que habló de tantas cosas, no habría dejado de hacerlo también sobre lo que ya es la “Iglesia del aborto”, ni hubiera permitido que durante casi dos mil años sus seguidores “asesinaran” a los fetos masculinos hasta los 30 días (si eran femeninos, los 60. Los falsificadores del Evangelio temen perder su negocio, porque ya ni el 15% de los españoles creen en otra vida, como el infierno. Eso ha llevado a esos machistas fariseos a inventar que el embrión es ya una persona, queriendo cobrar un huevo como si fuera una gallina. Estafa que aumenta cada día más, en el siglo de Internet, el número de incrédulos y multiplica en los crédulos una natalidad desbordada, cargándoles incluso con fetos tarados que antes la Naturaleza hacía piadosamente desaparecer.
- Falsos nudistas. 17
Como promotor, de hecho y por mis libros, del nudismo en España desde hace sesenta años (desde Francia, claro, por el franquismo, al que también ponía al desnudo como sociólogo) quiero denunciar a unos falsos naturistas a los que el Tribunal Supremo acaba de condenar por abusones. Tuvieron, en efecto, la desvergüenza de apoderarse de la piscina y jardín de una urbanización almeriense y negar su disfrute a los demás propietarios que no se desnudaran ahí. Temían, pues, que les vieran así quienes no cometieran el mismo, -todavía para ellos, aunque fuera a nivel inconsciente- gran impudor.
Los verdaderos nudistas consideramos natural, aunque seamos feos, el estar desnudos, y no nos molestan los “textiles”, aunque sean mirones, enfermos a los que nos sentimos orgullosos de contribuir así, no pocas veces, a curar.
En esta sentencia del Supremo es de resaltar la muy positiva afirmación de que ir desnudos por las zonas comunes (lo que es evidente que incluye las calles) es “una opción perfectamente respetable y legítima”, como ha reconocido hace poco un tribunal valenciano a quien iba desnudo por la calle, “salvo si lo prohibía su ayuntamiento”, lo que sabemos hizo Barcelona; excepción que constituye una clara vulneración de los derechos personales reafirmados hoy por el Supremo. Como decía ya un refrán burlón, “Por cabalgar o ir desnudo, no matan a ninguno”.
- La policía saca pecho. 17
Hace ya muchos, muchos años que las mujeres españolas reivindicaron sacar pecho en público cuando sus hijos lloraban de hambre. Después, mostrar ambos montículos o colinas en playas nudistas, y pronto en las públicas, piscinas municipales, manifestaciones, espectáculos, etc.
Pero todavía hoy, cuando el cine, la televisión e incluso algunos espectáculos públicos ofrecen coitos con desnudo integral, hay en ciertos lugares policías, presumiblemente varones, que sacan pecho, digo, valor, en obligar a tapar, como el puritano Tartufo de Molière, esas dobles protuberancias femeninas en un espectáculo musical. Sin duda merecerán un lugar especial en el cielo para tocar eternamente… el arpa y aburrirse.
- Antes de encamarse juntos para siempre. 17
En su famosa Utopía, utópico, pero también práctico, como bueninglés. Tomás Moro aconsejaba que la pareja, “ante testigos de confianza”, se vieran desnudos antes de casarse; sin duda para procurar evitar divorcios o adulterios. Claro está que no lo canonizaron por eso, sino porque Enrique VIII le hizo cortar la cabeza por obedecer al papa.
Queriendo imitarle en lo primero, en dar consejos, propongo también muy en serio que quienes proyecten vivir juntos, para siempre o para unas largas vacaciones, que no quiten el sueño a nadie, pasen primero una o varias noches encamados. Así, también, en el caso de que alguno le quite el sueño al otro por el poco romántico motivo de sus ronquidos, si eso molesta a la pareja, podrían probar algunos de los muchos sistemas que hay para de evitar los ronquidos del ruidoso o tapar los oídos de oyente. Eso sí, por razones familiares no puedo aceptar responsabilidades por los posibles resultados de esa experiencia.
- Lo que faltaba: la partenogénesis. 17
“Crean el primer animal modificado para poder tener hijos siendo virgen”, leo en titulares. De momento, se trata de la mosca de la fruta. Pero por algo se empieza. Estoy muy, pero que muy mosqueado. No se nos puede quitar nuestro trabajo creador. En las próximas elecciones sólo votaré al partido que prometa prohibir constitucionalmente esos cambios que nos convertirían en el sexo inútil. Todos tenemos derecho a contribuir y disfrutar del engrandecimiento de nuestra raza.
- Tomárselo a pecho. 17
Estos días en que más normal que en otras épocas nunca verlos en playas, piscinas y, casi, casi, en la calle, se habla como nunca de un tema doblemente relevante, obligando así a tomárselo también a pecho y comentarlo a un sexólogo en vacaciones.
La desnuda verdad es que estamos vivos porque a “tod@s” nuestra madre nos ha tenido en su seno y después en los otros dos, debido eso, siempre, al placer de uno (violación) o dos personas. Es, pues, algo de lo más vital, “sagrado”, en el sentido noble, no en el exclusivo y obsesivo de “sexual”, intocable e incluso invisible e innombrable de los reprimidos, de los que hemos comprobado -se han acalorado casi hasta el infarto- que tenemos todavía demasiados, repitiendo alarmados el “Tapa ese seno que yo debo ver” del Tartufo de Molière.