- Políticos fracasados sin pudor.
En España tenemos, por desgracia, ejemplos muy recientes y elocuentes de políticos que pierden las elecciones y también, -si todavía les quedaba algo de él- el pudor. Pocos días -sí, pocos, sin vergüenza- fueron suficientes para que P. M. Iglesias perdiera unas elecciones por la izquierda y también cobrara por dar lecciones de dirección a la patronal; como perdió su intento de gobernar España por haberse vendido e incluso con hipoteca al separatismo catalán; “hazaña” que, a escala y casi al mismo tiempo, hizo el también fracasado ex “ciudadano” Rivera, anunciándose como “profesor de liderazgo” (y no es broma).
Ahora leo que un famoso escritor de cuentos también mezcla sin complejos la realidad con sus elaboradas fantasías. Porque sobre más de media docena de países ha apostado por un candidato a presidente que después ha fracasado, como ya antes quiso y fracasó ser presidente del Perú; pero Vargas Llosa, impasible ante su poca puntería, también ahora da consejos de cual debería ser, en la actual crisis peruana, su mejor solución.
Sin embargo, hasta sus observaciones más sensatas sobre el papel, viniendo de quien vienen, pueden suscitar dañinos rechazos. Por su edad y pertinacia, el mismo Freud aconsejaba no insistir en desengañarle de su constante confusión entre sus entretenidas fantasías y la realidad, colocando, eso sí, sus escritos, en la sección de literatura, no de política.
P.D. A finales de este mismo año, por fin, ese señor renunció a seguir escribiendo como si fuera política seria sus fantasías novelescas.
- Feroz venganza de Iglesias.
Cayéndose del burro, Iglesias acabó por comprender y buscar la peor venganza contra la perfidia de la mujer que le sedujo, le hizo prevaricar y alejarse casi 60 kilómetros de su Vallecas a un cursi chalecito burgués, encima hipotecado a los separatistas catalanes; que allí le llenó de hijos, prematuros física y políticamente, haciéndole incluso decir que limpiando sus pañales él -en necia copia de Lenin- “aprendía a gobernar el Estado”. Por último, Irene Montero le obligó incluso (“ya que no quería hacerlo ella”, confesó el desgraciado) a dejar el Gobierno de España para hundirlo del todo como candidato secundario y fracasado de sólo Madrid, por ello hoy de Ayuso.
De ahí, en su despecho, -o mando yo o no hay Podemos- el siempre dictador de los “suyos”, puso como vicepresidenta del Gobierno y contrapartida a ella quien pudiera anularla, Díaz, negándole también a “su” mujer, como ella había ido con poco disimulo ir anunciando, el sustituirle en la jefatura de Podemos. Se lo dio a Belarra, que sólo acaba de salir de su gris anonimato por una necia y contraproducente “ley de protección animal”, que amenaza ser tan irracional y ruinosa para UP-PSOE como la del “sólo sí es sí”. Así dormirá en paz Sánchez, jubilado pero liberado de Iglesias, unión a la que le forzó, recordémoslo, una repetida elección de los ciudadanos.
- Los amigos de Iglesias y su chalet.
Entre los políticos asistentes a la fundación de “Sumar” citan los medios a uno que iba a Galapagar a defender a Iglesias de las manifestaciones de la derecha. Fatal error de amistad y político, como el que él se hubiera aislado allí y el que añadió con su vergonzosa y amañada consulta sobre si debería dimitir por ello. Los verdaderos amigos de Iglesias -¿había alguno al que él le hiciera caso?- le habrían hecho volver a Madrid para obtener el palacio de la Moncloa.
Tan alejado del pueblo, I. Montero tuvo todo el tiempo para atarle con una familia numerosa, separándole de la vida pública durante un tiempo para él decisivo; más aún, tuvo el descaro de anunciar que muy pronto mandaría el partido una mujer, le cambió el neutro nombre de Podemos por el femenino de Unidas Podemos y le llevó, más que Salomé, a que él mismo acabara cortándose su coleta, símbolo de poder popular. ¿Qué amigos, que apoyo le queda a ese hoy furioso, porque justamente abandonado por todos, vulgar demagogo P. M. Iglesias?
- Iglesias, nuevo maestro Ciruela.
A pesar, o quizá por tener un padre metido en política y ser él mismo profesor, Iglesias no da una. Empezó escogiendo como modelo una de las más rápidas y desastrosas catástrofes sociales, la de Venezuela, y a unos colegas que pronto han mostrado no ser mejores que él. En una España en crisis, consiguió más de cinco millones de votos -hasta yo le voté un vez- que pronto disolvió como un azucarillo.
Una mujer tan ambiciosa e incapaz como él le alejó de sus bases, escondiéndole en una lejana y aislada urbanización pija, le impuso tres hijos, le obligó a cambiar el neutro Podemos a Unidas Podemos, nombrarla descaradamente su ministra y, dándole la puntilla, presentarse como actor secundario para gobernar Madrid.
El tan desnortado Iglesias nombró como sucesora de su vicepresidenta a una Yolanda de Díaz que ahora se ha presentado, de hecho, contra Unidas Podemos y acaba de lanza muy merecida crítica contra él que en vano ha podido rechazar. ¿Y ese profesor tan fracasado todavía quiere darnos lecciones? Ha superado con creces, a costa nuestra, al maestro Ciruela, al no saber leer la tan visible realidad y empeñarse todavía en poner una escuela.
- Iglesias, nuevo maestro Ciruela.
A pesar, o quizá por tener un padre metido en política y ser él mismo profesor de ese tema, Pedro Pablo Iglesias no da una. Empezó escogiendo como modelo una de las más rápidas y desastrosas catástrofes sociales, la de Venezuela y a unos colegas y cofundadores de su partido que pronto han mostrado no ser mejores que él. En una España ansiosa de cambio, consiguió más de cinco millones de votos -hasta yo le voté un vez- que pronto disolvió como un azucarillo.
Una mujer tan ambiciosa e incapaz como él le alejó de sus bases escondiéndole en una lejana y aislada urbanización de la derecha, le impuso tres hijos, le obligó hasta a cambiar del neutro Podemos al doble femenino Unidas Podemos, nombrarla descaradamente su ministra, desacreditar su movimiento y, dándole la puntilla, presentarse como actor secundario y obviamente a fracasar para gobernar Madrid.
En plena desorientación, Iglesias nombró como sucesora de su vicepresidenta a una Yolanda de Díaz que ahora se ha presentado, de hecho, contra Unidas Podemos y acaba de lanza muy merecida crítica contra él que en vano ha podido rechazr. ¿Y ese profesor tan fracasado todavía quiere darnos lecciones e incluso órdenes sobre política como si aún fuera el Día de los Inocentes? Ha superado con creces, a costa nuestra, al maestro Ciruela, al no saber leer ni la tan visible realidad política y empeñarse todavía en poner una escuela.
20230627b. Inaguantables Irene Montero y cónyuge.
El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, ha respondido a la Irene Montero, que sostuvo que con el pacto para reformar la ley del “sólo sí es sí” el PP estaba “humillando” al PSOE, que la humillación real fue la de las víctimas, al ver rebajar las condenas de sus agresores.
A estas alturas, pronto los historiadores no podrán comprender cómo el pueblo y, en particular, sus estafados y humillados seguidores, no fueron los primeros que llegaron a Galapagar para echar a esa pareja tan corrupta, (hipotecados al separatismo catalán, falsificadores de los estatutos en verano, etc.) que todavía hoy se atreven a actuar desde un ministerio y una televisión.
20230918ª. La sombra de Iglesias.
¿Recuerdan al P. M. Iglesias que criticaba con razón el que Botella hubiera llegado, sin ser votada, a alcaldesa de Madrid, sólo por ser la mujer de Aznar? Sa propia gran corrupción ha sido mucho peor. Porque al machista que un día comentara “A Mariló la azotaría hasta que sangrase”, “su” mujer, cuando él cayó a sus pies, tras llenarle de hijos prematuros en todo sentido (y el último, incluso contra lo que la prudencia sanitaría exigía), para tenerle bien atado, y hasta obligarle a cambiar el nombre neutro de “su” partido, partiéndolo así por la mitad, lo echó de la vicepresidencia del Gobierno y hundió el partido, hoy arruinado y con la mitad de votos.
Ahora, encima, esta desleal Dalila, queriendo seguir tomándonos el pelo a todos, exige seguir siendo la tan desastrosa ministra de (des)Igualdad; insensatez total que Iglesias sigue estando obligado a apoyar para defender a sus hijos y la poca (y pésima) fama que le queda. ¿Se puede caer, ambos, más bajo, traicionar más a los más de cinco millones (5.189.463) que en 1915 votamos a Podemos?
- El sociólogo enamorado, como Comte.
Tras las elecciones, Podemos ha tenido que despedir a la mitad de su plantilla, nueva prueba con cifras de su imparable decadencia. Ya desde el principio, el que empezó reclamándose del 15M y poniendo como símbolo los “círculos” (los “soviets” que Lenin decían constituir el comunismo) se convirtieron, como en Rusia, en la más férrea dictadura de Iglesias, eliminando a su Trotsky y demás fundadores.
Todo le iba bien hasta que le llegó su Dalila, que le haría cortar la coleta y lo demás. Burguesilla disfraza, que le avergonzaba confesar que había sido cajera, le hizo comprar un en las quimbambas un chalecito pequeñoburgués que le alejaba de sus amigos y principios, hipotecándole con un banco independentista catalán. Después le llenó de hijos, le aisló aún más para cuidarlos, le obligó a hacerla ministra y lo acabó de hundir poniéndole como candidato secundario a la presidencia… de Madrid, después de hacerle cambiar el nombre neutro de Podemos por parcial e injusto de Unidas(no) Podemos. La historia, desgraciadamente, se repite, e Iglesias acabó, como uno de los fundadores de la sociología, Augusto Comte, adorando a su mujer.