20230405a. La resurrección de Trump.
Tan mal están las cosas que estos días parece que vamos a tener que celebrar la resurrección de otro salvador que no tiene nada de divino: la de Trump. Porque su imputación por una serie de delitos bien probados está suscitando una reacción en una gran parte del pueblo norteamericano, a la que prefiero no calificar, que puede llevarle de nuevo a la presidencia. Tanto más cuando el hasta físicamente decadente Biden, contra su solemne promesa, ha anunciado que volverá a presentarse como candidato.
Entre mil desastres, el único hecho importante positivo de Trump fue no emprender ninguna guerra; por ello y también por ir contra el entonces vencido Biden y por complicidad de carácter con Putin, es muy probable que lo primero que haría Trump sería acabar con la guerra de Ucrania, que constituye la peor amenaza que hoy pesa sobre toda nuestra especie, superando, pues, los anteriores o nuevos desatinos típicamente trumpianos. “No hay mal que por bien no venga”.
20230714b. Mentira matemática de Trump.
¡Las matemáticas no mienten! Cierto, porque no existen. Son un truco de nuestra mente, al que la Inteligencia Artificial dará quizá esta noche buena cuenta, que nos ha procurado avances, sí, pero también engaños y disgustos morrocotudos, al no estar preparados para asumirlas.
Ahora mismo, Trump, al ser imputado también por siete (7) delitos federales, ha pretendido defenderse afirmando que ha sido el expresidente de EUU más votado de la historia. Claro que sí, pero porque ahora hay muchos más estadounidenses; pero real y democráticamente, no; porque muchos más presidentes han recibido proporcionalmente muchos más votos que su oponente. Es, pues, un tan deliberado como totalmente falso embuste el de ese funesto sinvergüenza, que debe parte de sus votos, sin confesárselo ni a sí mismos, de quienes le envidian su descaro al serlo.
- EEUU se corrompe más y más.
Respaldado por cien países, el Secretario General de la ONU ha pedido un alto el fuego, que evite más muertes de civiles en Gaza. Pero EEUU ha opuesto su veto a frenar este genocidio israelí. Una vez más, y con creciente inhumanidad, fomenta la tiranía y la muerte en nombre de la libertad. Acelera así el alejamiento y enemistad de quienes un día ya lejano creímos, como ellos prometían, que los EEUU defenderían que los derechos humanos de todos. Hoy constatamos crudamente en Palestina, que se ha convertido en cómplice descarado de los que atacan nuestra libertad e incluso vida.