Un juez ha autorizado las banderas esteladas en el la final de la Copa de fútbol en Madrid porque, contra el criterio de la fiscalía, dice que no está probado «en ningún caso» que «inciten a la violencia» o intolerancia. Yo emplazo al señor Munté a que tenga el valor de presentarse con una bandera de España en el campo de fútbol del Barcelona, donde si no se la confiscan a la entrada, como se ha hecho ya, puede pasarle algo mucho peor. Nosotros hemos llevado y repartido el domingo banderas de España en Madrid y, a pesar de los 2.500 policías de vigilancia, centenares -repito, centenares- de seguidores de la estelada nos han insultado, tomado incluso violentamente nuestra bandera, la han roto, tirado al suelo, pisoteado, escupido e incluso se han sonado con ella como un kleenex. ¿Cómo califica, pues, esos actos, señor juez?
Los ultrajes de esa generación educada en el odio más cerril han sido también para nuestra autentica bandera catalana, la senyera, que dábamos unida a la todos los españoles. Porque esos individuos no son patriotas catalanes, ni independentistas democráticos como los escoceses, sino ciegos defensores de un nacionalismo totalitario que tantas veces, desde el centro o desde la periferia, ha ensangrentado, a España, como a otros países de Europa. Y así lo demuestran con esos y mil otros hechos, hasta enorgullecerse, como el ERC, de conseguir con sus esfuerzos violentar el resultado del referéndum.
La historia condenará a una generación que, por miedo o corrupción, porque ya no cabe hablar de ignorancia, nos está llevando a éste ya máximo problema para todos, del que fueron principales cómplices un PSOE y un PP que dieron barra libre a un Pujol o a un Mas para gobernar. No nos estamos enfrentando ya a una opinión, a un independentismo democrático, -como el escocés, por ejemplo- sino a un nacionalismo totalitario, que intenta imponerse por la violencia de mil maneras, e incluso se enorgullece -como Junqueras- de conseguir con sus esfuerzos dar la vuelta a su fracasado referéndum. Por sus obras los conoceréis. Y nada más claro que, llámese como intente llamarse para disimular -cosa ya ridícula a estas alturas- el que emplea métodos fascistas es fascista.
*P.D. COMPROBACIÓN DE LO DICHO:
La Sexta ha reproducido uno de esos muchos actos en que un nacionalista catalán nos rompe la bandera española, pero, al revés que el avestruz, que no lo hace, esconde la cabeza calificándolo de «INCIDENTE AISLADO». Así no hay que preocuparse por el desastre que ya tenemos encima, como OTROS MUCHOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, QUE CALLAN COMO MUERTOS —COMO LO SON A EFECTOS REALES- SOBRE ELLO.