Cartas a la prensa – Animales – 2010

20100823. Premio a la afición.

                                  Las fiesta de Bilbao no pueden haber empezado mejor para algunos: los que pagan mucho por ver espectáculos sangrientos legales, ya que  han tenido en abundancia no sólo la habitual ración de sangre de toros, sino –dos por uno- la también bastante habitual y esperada propina de sangre humana, pero ahora a lo grande, imitando y superando aún a la de Julio Aparicio en Madrid. En efecto: aquí el toro, antes de meter el cuerno por el maxilar del torero, lo había levantado en alto hiriéndole en una pierna, y le dio además un pitonazo en el cuello del que brotó un gran chorro de sangre. Aunque el torero Sergio no muriera, apenas les cabe pedir más a los aficionados y a la empresa,  como prueba –cifras cantan- el que después de estos “extras” en sangre y muerte –la humana- aumenta sensiblemente –si cabe emplear esta palabra en este contexto- el número de asistentes a esas morbosas carnicerías.

20100806. País de prohibiciones, según Savater.

                                      España será, cuando llegue, el último país de nuestro entorno en prohibir el maltrato animal, como espectáculo placentero, en las plazas de toros. También es de los últimos en prohibir envenenar y matar a su prójimo fumando en lugares públicos, que nadie ha pensado en prohibir suicidarse fumando en privado.

                                     Sin embargo, un “aficionado” fanático de ambas cosas tiene el valor de distorsionar los hechos hasta proclamar por escrito que por ambos vetos se está convirtiendo España en “la tierra de las prohibiciones”, y que se está “volviendo a la Inquisición”, que, recordemos, intentaba atraer a su “fiesta nacional” de quemar herejes añadiéndole una corrida de toros. ¡Ay, Fernando Savater, en esto como en otras cosas, quién te ha visto y quién te ve!

20100804. “Diestro” poco diestro.

                                    Poco diestro es el “diestro” que quiere poner como autoridad para favorecer a una causa a quien descalifica e insulta diciendo que “como de la sopa boba y no se moja ni el labio. El pan y la panceta, todo para ellos”, refiriéndose al rey, el torero Paco Camino. Va en la línea del pasquín “La Gaceta”, que tiene el valor de aconsejar al monarca que defienda las corridas… para recuperar prestigio. Ambos pretenden ignorar que ya dos tercios de los españoles, y cada día más, estamos contra ese triste espectáculo, y que el rey, -que, saliéndose de la neutralidad que pide su cargo, defendió hace tan poco todavía ese circo sangriento, ha sido criticado repetidamente en la calle por ello, incluso con pancartas que reproducían su misma lastimosa frase: “¿Por qué no te callas?”.

20100802. Falsa libertad.

                           Por defender su libertad de tener esclavos el Sur no dudó en provocar la secesión y la guerra civil estadounidense. Por defender su derecho a dominar y castigar a sus mujeres, no pocos pueblos se consideran hoy superiores a los del Norte. Dos tercios de españoles –ayer, pequeña minoría- se oponen ya a las corridas de toros, pero la mayoría todavía defiende o tolera que otros puedan torturar a esos animales por placer, aun cuando ya se ha aprobado una ley contra el maltrato animal en general. Obvia contradicción, normal en momentos de rápido cambio social, esa aún favorable opinión a tan particular y tan detestable manera de maltratar animales, a esa falsa libertad, que no tardará tampoco en evolucionar hacia posiciones más coherentes y humanitarias.

20100801. Otro muerto por los toros.

                              La muerte de otra persona en Godella, en la “fiesta” del toro embolado, pone de manifiesto la necesidad de abolir esos lamentables espectáculos, oficialmente consentidos e incluso promovidos, y pagados, total o parcialmente, por todos los ciudadanos. Maltratar a los animales está mal. Peor aún, como sabemos hoy por los estudios realizados, si tenemos en cuenta que esa crueldad acrecienta la agresividad contra los demás seres humanos, como revelan también demasiados taurinos contra quienes se oponen a su torcido placer. El colmo de la insensatez es practicar personalmente un maltrato animal que pone en peligro de herir, mutilar o matar al mismo que lo realiza. Quien de verdad quiera suicidarse, no lo intente a costa nuestra y perjudicando a otros seres vivos.

20100728. Triunfó la humanidad.

                                     Triunfó la humanidad al prohibirse las corridas de toros en Cataluña, no un supuesto antiespañolismo, como -con la pataleta de mal perdedor- se empeñan todavía en afirmar algunos taurinos, “ignorando” que casi tres de cada cuatro españoles, y cada día más, estamos ya contra las corridas de toros, y que ya las prohibió Canarias. Su falta de argumentos sólidos les ha llevado a amenazar con los 53 euros que perdería cada catalán al prohibirse las corridas, “ignorando” que todos los españoles perdemos mucho más ahora con las ayudas directas e indirectas a la tauromaquia, sin la que ésta ya habría desaparecido; y lo mucho más que perdemos, incluso en términos económicos, por el desprestigio que supone para la marca “España” el que se tolere aún, e incluso se subvencione, esa barbarie. El más miserable de sus argumentos es, quizás, el de reclamar  libertad para maltratar a los animales, lo que se parece demasiado a la libertad que hasta ayer reclamaban para maltratar a sus esposas y a sus hijos; “libertad, libertad: ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.

                                       Hoy en un gran día en la lucha por la civilización y la convivencia con la naturaleza e incluso entre nosotros mismos, porque, como han demostrado ya muchos estudios, el que es cruel con animales se va inclinando a serlo también con los seres humanos.

20100726. El respetable público taurino.

                                  Los manifestantes pro taurinos en Barcelona gritaban el domingo pasado: “¡Libertad, libertad!” Es decir, libertad para torturar animales y pagar a un pobre hambriento de fama o dinero –hoy ya no  da cornadas el hambre- para que exponga su vida ante las fieras espoleadas, como en el clásico circo romano. De las cinco personas que se ven en la foto de prensa, una hace un gesto obsceno con el dedo. Yo he ido con cierta frecuencia a la entrada de las plazas de toros,- como voluntario de una ONG, para repartir folletos sanitarios-, y puedo testificar que temía mucho a un público que, en general, es mucho violento y grosero, mucho menos “respetable” –cada cual se enorgullece de lo que carece- que en ningún otro espectáculo. Y en ello incluyo también a los extranjeros que asisten y ayudan a sostener ese sangriento matadero, movidos por el morbo y deseo de sentirse superiores a quienes todavía toleramos en nuestro país, más aún, subvencionamos con impuestos, esa bárbara “fiesta nacional”.

                               No por fortuna, sino por la toma de conciencia colectiva y el esfuerzo positivo de muchos, la “suerte de los toreros” está cambiando radicalmente. Estos mismos días un joven torero confesaba en la prensa que procuraba pasar desapercibido en los lugares públicos, para evitar el rechazo social; como los antes orgullosos fumadores están teniendo que ocultar esa insensata costumbre que tanto daña su salud y perjudica a los demás. Esperemos que pronto, muy pronto, esas prestigiosas tradiciones de antaño se recuerden sólo en los museos de horrores.

20100719. Cinismo taurino.

                                     Los nacionalismos exacerbados provocan guerras y después levantan monumentos a los soldados muertos, para seguir reclutando víctimas incautas, no para honrar de verdad a los caídos, para lo que debieran empezar por renunciar a esas guerras. En modo muy parecido, y ligado a ello –se trata también de matar y morir- leo con indignación que el último encierro de Navarra se ha dedicado a “honrar” al corredor muerto del año pasado, burla sangrienta y provocadora de otras muertes, para mayor negocio de ese, como la guerra, bárbaro espectáculo asocial.

20100622. Los héroes y los otros.

                                           Una sociedad sensata obra en defensa propia cuando honra como héroes a los bomberos, socorristas o médicos que mueren cumpliendo con su deber de solidaridad; los eventuales errores en su acción sólo son comentados, para evitarlos, otros profesionales. Todo lo contrario ocurre cuando, por supersticioso temor a los muertos -o a los vivos que se aprovechaban de ellos- y con una enorme falta de piedad hacia quienes así se sentirán inclinados a imitarlos, esa sociedad tiende a exaltar como héroes a los “diestros” –poco diestros o imprudentes-, deportistas o aventureros que mueren por fama o dinero. Demasiados casos tenemos recientemente de esos falsos y tan dañinos “ejemplos”, aireados por el amarillismo mercantilista de ciertos medios de difusión, que amordazan insolidariamente las advertencias que contra esos excesos hacen los especialistas.

20100619. El torero valiente.

                                      Ha recorrido “ambos mundos” la historia del torero mejicano que se escapó del ruedo por miedo al toro. Había tenido antes una cierta fama, pero ya había querido retirarse tras una grave cogida, volviendo a la arena por presiones de empresarios que –hablemos claro- querían ganar dinero arriesgado de nuevo la vida de ese trabajador. Ganó por fin el amor propio verdadero, el instinto de conservación, aunque todavía le quedaba la mala conciencia inducida por sus explotadores, por lo que se calificó a sí mismo de cobarde, cuando huyó en un rapto de sensatez, para defender su propia vida.   

                                     Ojalá muchos toreros imitaran a ese hombre que fue mal torero porque decidió tener la gran valentía de renunciar a los prejuicios que le habían inculcado y actuar como un ser realmente racional. Así se aceleraría el fin de ese bárbaro espectáculo, que invita a gozar con el sufrimiento y muerte de los animales y, de vez en cuando, de los mismos seres humanos. Recordemos que cuando muere un torero acuden más espectadores a las corridas, mostrando hasta donde pueden desarrollar algunos sus malos instintos cuando se sienten respaldados por una autorización oficial, aun sin la excusa de un patriotismo guerrero o de una religiosidad inquisitorial.

20100530. Una censura espeluznante.

                             Un diario madrileño dedica casi una página a analizar las reacciones de múltiples lectores suyos contra el carácter “sensacionalista” o “repugnante” de la foto que publicó dicho diario sobre la cogida del torero Julio Aparicio, con el título de “Una cornada espeluznante”, por su Defensora del Lector*. Como en ninguna de las razones de quienes se oponen a su publicación, ni las que da la redacción por haber lo publicado, aparece –ni lateralmente- el motivo más obvio y de fondo : el que esa foto constituye un documento gráfico de primera magnitud para acabar con ese espectáculo (lo que lleva a los taurinos a rechazar, con distintas excusas, su publicación) no cabe sino concluir que o los lectores y redactores de ese diario son de lo más superficial que puede darse o que ese diario ejerce una censura aún más espeluznante que esa cornada.

20100524. Barbarie en España.

                                    Como en su día la foto de aquel “torero” dominando el Parlamento –como algunos medios extranjeros calificaban a Tejero, por su sombrero- la imagen del torero Julio Aparicio arrastrado por el toro que atravesaba su mandíbula ha dado la vuelta al mundo. Y, como entonces, ha llenado de vergüenza la imagen de nuestro país, en donde todos pagamos con nuestros impuestos el que sobreviva esa salvajada. Enmarquemos todos esa imagen, ese “bien cultural” que algunos tienen el descaro de propugnar. Tengámosla en lugar bien visible en nuestras casas, tanto el “aficionado” a torturar toros, “respetable” tan poco respetable, como nuestras autoridades y también todos los españoles en general, hasta que esa realidad se imponga a nuestras conciencias y no podamos tolerar más que deshonre a nuestra patria esa barbarie.

20100524. A los taurinos.

                              Yo pediría a los taurinos que enmarcaran las fotos de los toreros cogidos tan sangrientamente como Julio Aparicio estos días en las Ventas. Y que siguieran poniendo monumentos fúnebres a los toreros muertos en la arena, como en esa plaza de toros, hasta que no puedan llegar a ella sino sorteando tumbas. Quizá algún día eso les ayude a avergonzarse de ayudar con su dinero a que sus desgarros y muertes contribuyan a su diversión. Y recordemos que la asistencia a las plazas de toros no disminuye, sino que aumenta tras esos hechos sangrientos e incluso mortales. Mientras, el resto de los ciudadanos vemos que nos arrebatan parte de nuestros impuestos para fomentar esa tortura y muerte de personas, no sólo de animales.

20100522. Respetable poco respetable.

                            Como el pez por el anzuelo, la mandíbula del torero estaba atravesada por el cuerno del toro. Los medios de difusión actuales han permitido apreciarlo con todo detalle y colorido. Quien, después de contemplarlo, es capaz de seguir apoyando con su dinero esa “diversión” muestra que forma parte de un público, de un “respetable”, muy poco respetable, con muy malas entrañas, teniendo manchadas de sangre sus manos, y una desbocada y peligrosa crueldad, también hacia los hombres, que hace que se llenen más las plazas de toros tras las cogidas o incluso muertes de los toreros.

20100418. Toros, palomas y cucarachas.

                                      Por si hiciera falta algo más que enunciar el hecho para prohibir un espectáculo denigrante para nuestra tierra, como el permitir que algunos torturen por pura diversión a los toros, los argumentos de quienes quieren defender esa vergüenza no hacen sino confirmar su ausencia de razones dignas de ese nombre. Recordemos el increíble descaro con el que algunos sostienen que el toro no sufre en las corridas de tipo español (no hablo de las portuguesas). En el extremo opuesto, un “aficionado” a torturar toros tacha de inconsecuente el querer prohibir las corridas, pero pretender exterminar las cucarachas. ¿Qué no se trata de cucarachas, sino de palomas? ¿Qué más da, puesto que éstas son también una plaga, que transmite más enfermedades que las cucarachas, y encima daña nuestros edificios? El colmo es afirmar que el método de gasearlas es más cruel que otros normalmente empleados en otros países; querer hacernos tragar esa bola es suponer que somos tan ignorantes como ellos desean para manipularnos. Y, por supuesto, no exterminamos esos ni otros animales por placer, sino por necesidad, para nuestra propia supervivencia.

20100309. El torear, escuela de crueldad.

       El debate social actual muestra la carencia de auténtica razones para defender las corridas, que lleva a decir en su defensa, que “el que no quiera, que no vaya” ¿Acaso no hay leyes ya contra el maltrato animal, que debe abolirse en todo lugar, aunque no se vaya a deleitarse con esa tortura? Más aún: está probado que el maltratador animales se hace también cruel y peligroso para las personas, por lo que hay prohibir todo maltrato animal también en defensa de los humanos, por constituir una auténtica escuela de crueldad. Por último, y es el colmo, se nos obliga a pagar a todos los contribuyentes ese triste y peligroso circo neoromano, que no podría sobrevivir sin ese expolio de los bolsillos de la gran mayoría de la población, que -como prueban las encuestas- no quiere esas corridas, ni que se les saque a la fuerza su dinero para mantenerla.

20100219. Peligrosa escuela de barbarie.

                                    Después de haber fomentado durante décadas las corridas de toros, y poder chupar cámara sin problemas quienes defienden un acto que, en la gran mayoría de la Unión Europea, llevaría a la cárcel a quien lo realizara, por crueldad con los animales, TVE deja oír la voz de los más de dos tercios de españoles que no estamos por esa tradicional carnicería. El escándalo que por ello montan los “aficionados” pone al desnudo una vez más, como tantos estudios recientes, que “cruel con toros, cruel con todos”. Esa sangrienta matanza es una peligrosa escuela de barbarie que nos amenaza a todos.