20010320. Fraga se aferra al sillón.

Merecerían un premio, en un concurso de “aferrarse al sillón hasta morir”, las declaraciones de que “le gustaría morir en la plaza, como los toreros” hechas por el “político” Manuel Fraga; y entrecomillo lo de “político” porque es difícil pensar en   un deseo más impolítico que ese, más destinado a expresar un deseo de lucimiento personal a costa de perjudicar a los demás… a no ser que se conciba aún el bien común de modo sadomasoquista, poniendo todavía el ideal en “morir por la patria”. Por lo demás, los toreros mueren por accidente y en pleno uso de sus facultades, no en modo deliberado y medio chocheando.

Apenas puede imaginarse, pues, actitud más egoísta y más diametralmente opuesta a la de su sucesor, a quien todavía Fraga, después de tantas derrotas de su partido por su culpa, y de éxitos de Aznar, ha tenido el enorme valor de intentar darle lecciones incluso en esto, pidiéndole que no cumpla su promesa de no presentarse a una segunda reelección.